Oleg Popov, el clown más mayor del mundo, no retira su nariz roja
Con 80 años, la estrella que brilló en el circo soviético y el clown en activo con más edad de todo el mundo, Oleg Popov, pasa medio año de gira, llenando de humor plazas de Alemania, Bélgica o Luxemburgo. No da descanso a la nariz roja que le ha acompañado durante seis décadas.Marie-Laure Michel-AFP | LA HAYA
«El ha hecho historia y se ha convertido famoso en todo el mundo, he aquí el verdadero, el único Oleg Popov», bromea el maestro de la ceremonia ante mil espectadores, en la carpa del Gran Circo Estatal Ruso, montada en la Haya. Un hombre pequeño con una gorra a cuadros negro y blanco entra en la pista. Su chaqueta negra es demasiado corta, el pantalón a rayas le llega a la mitad de las pantorrillas, su nariz es de color rojo, al igual que su pajarita. Con su esposa Gabriela, de 49 años, hace malabares y magia.
Comenzó a actuar como clown en el año 1949, en la URSS, y parece no aburrirse. «El trabajo de payaso es muy interesante porque es una obra de arte, y el arte es un mar sin fin», explica a la agencia AFP en su camerino, decorado con globos y maletas de cartón.
«Siempre hay nuevas ideas», asegura este hombre de ojos azules y brillantes. «Me gusta hacer reir a la gente, también en privado. Soy muy feliz; si volviera a nacer, también sería payaso», declara. Nacido en Moscú en 1930, en el seno de una familia pobre y sin relación con el circo, empezó su andadura en la escuela de la ciudad, donde aprendió a hacer malabares mientras caminaba por una cuerda. A los 19, comenzó su carrera como payaso.
En 1956 salió por primera vez de la Unión Soviética: el régimen, que consideraba el clown bueno para su imagen, lo envió de gira. «Francia, Australia, Estados Unidos, Japón, Israel, cuba...», enumera los países donde actuó durante más de treinta años.
«No creo que pudiera abandonar libremente la URSS: no tenía derecho a salir del circo y los agentes de KGB nos vigilaban constantemente», recuerda. Después del colapso de la URSS, decidió establecerse en Alemania, el país de su segunda esposa, Gabriela. Se casaron en 1991 y trabajaron juntos en varios circos.
Ahora, el clown en activo más mayor del mundo sale todos los años de gira durante seis meses con el Gran Circo Estatal Ruso, propiedad de una familia holandesa. Llenan de magia especialmente Alemania, pero también Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos.
En 1956 salió por primera vez de la Unión Soviética: el régimen consideraba el clown era bueno para su imagen y lo envió de gira. Alegró pueblos y ciudades de Francia, Australia, Estados Unidos, Japón, Israel, Cuba...
Cuando no está de gira en el circo, Oleg Popov vive en una granja a unos treinta kilómetros de Nuremberg, rodeado de caballos, perros, conejos entrenados para las actuaciones. «Es muy humilde, a pesar de la fama», afirmó el jefe del circo, Thierry Dourain. «No tiene ínfulas de estrella, incluso cuando Vladimir Putin le llamó por teléfono por su cumpleaños». No dice cuándo se detendrá. «Piensa que va a morir en el circo, que un día Dios llamará a su camerino o a la pista», reveló el director, Willem Smitt.
AFP