Athletic Empate en La Rosaleda
Un punto de pico, pala y fe
El Athletic sumó su primer punto del año en un encuentro serio pero poco vistoso. Un cabezazo de espaldas de Javi Martínez en el descuento permitió a los rojiblancos empatar ante un Málaga que se había adelantado apenas diez minutos antes.
Amaia U. LASAGABASTER
Siete días, tres partidos, otras tantas versiones y un solo punto. Y tan raro es el fútbol que ese premio mínimo llegó, precisamente, en lo que ha sido la actuación más floja del Athletic en esta primera semana del año. Insuficiente, si los méritos se ponderan en conjunto, justísimo si se ciñen a lo que sucedió ayer en La Rosaleda.
Porque el Athletic no se pareció nada al que se sintió tangado frente al Deportivo, menos aún al que enamoró ante el Barcelona y bastante más al que ha venido sufriendo en los desplazamientos. En versión más seria, pero casi tan pobre.
Y no fue una cuestión, o al menos no exclusivamente, de acumulación de esfuerzos. No en vano el Málaga también se había tragado otros 180 minutos de competición desde las uvas y, además, la mitad de los jugadores que se había enfrentado al Barcelona se quedó ayer en el banquillo o en casa. Revolución, forzosa en muchos casos, que dejó un debut -el de Borja Ekiza, que el miércoles ya se había estrenado en la convocatoria- y alguna sorpresa sobre el césped de La Rosaleda. La del propio central navarro, teniendo en cuenta que Aitor Ocio había viajado a Málaga, o la de Ander Iturraspe, que regresaba a la titularidad que había disfrutado por última vez en el Camp Nou, en el encuentro de ida de los octavos de final de la Copa. También ayer le tocó escoltar al punta, aunque lo hizo con menor brillantez que en el estadio blaugrana. San José, David López, Orbaiz y Muniain se sumaron al tropel de cambios con la fortuna justa.
Cierto es que, defensivamente hablando, el Athletic sufrió bastante menos de lo que acostumbra lejos de San Mamés. Pero también lo es que, pese a lo mucho que se han movido los petrodólares, La Rosaleda no es precisamente el campo que peor trata a los visitantes.
Pero los rojiblancos ya se habían dado el batacazo en circunstancias similares, así que habrá que considerar lo de Málaga como un paso adelante. Y no sólo porque el equipo sufrió menos que en otros desplazamientos. También porque el punto da continuidad a la victoria del Ciudad de Valencia, evita que las consecuencias anímicas de la eliminación copera se extiendan demasiado en el tiempo, mantienen al Athletic cerquita de los puestos europeos y, además, premian dos de sus principales virtudes: la eficacia a balón parado y la fe. Porque el de ayer fue un punto de poco brillo, bastante pico y pala y muchísima fe. No en vano el empate llegó con el tiempo de descuento a punto de expirar.
No había pasado demasiado en los 92 precedentes. Que los bilbainos habían saltado al campo bastante mejor que su anfitrión, intentando mantener y mover el balón, que las buenas intenciones no duraron demasiado y, poco a poco, el Málaga fue adueñándose del partido y de las ocasiones, que Duda sigue siendo el que era y será difícil encontrar un petrofichaje que le quite el puesto, que Llorente apenas ofreció señales de vida o que Iraizoz, pese a un error de bulto, fue uno de los mejores del equipo, cosa que nunca es buena señal.
Eso en el primer tiempo... y casi también en el segundo. Porque también en la reanudación saltó el Athletic al césped con ganas de resarcirse de una semana con más méritos que fortuna. Y esta vez lo hizo con bastante más claridad. No faltó mucho, de hecho, para que llegara el gol, con una buena conducción de David López, que dejó para el remate de Muniain y el lucimiento de Asenjo.
Pero como había sucedido una hora antes, al Athletic le fue desapareciendo la chispa, mientras su rival recuperaba el aliento. En estrategia, a la contra o con balones largos y cargados de mala leche, el Málaga volvió a acercarse a la portería de Iraizoz, en una dinámica que el Athletic intentó dinamitar con la entrada de De Marcos y Gabilondo. No sirvió de nada. Los blanquiazules amagaron en jugada -un cabezazo de Rondón, solo en el punto de penalti, se marchó besando el palo- y remataron a balón parado. Fue Demichelis el que cabeceó el enésimo córner de Duda, estableciendo lo que parecía, con sólo diez minutos por delante, el resultado definitivo.
Que lo habría sido ante cualquier otro equipo. Pero el Athletic tuvo tiempo y fe para imitar a su rival: amagó con un remate de Llorente en jugada y empató con un cabezazo a balón parado, de espaldas, en el descuento y hasta con Iraizoz metido en el área, de Javi Martínez. Premio a toda una semana de esfuerzo.
Casi supo a triunfo el empate en La Rosaleda para un Athletic que había hecho muchos méritos y recibido pocas recompensas a lo largo de la semana. De ahí la satisfacción con la que valoraron lo sucedido los rojiblancos, pese a que el partido no fue para echar cohetes.
Joaquín Caparrós reconocía que, pese a que «Javi Martínez ejecuta bien ese tipo de remates» y el Athletic es un equipo que «saca partido» de las jugadas a balón parado, el equipo había tenido «la fortuna de que llegara el gol». «Lo importante -añadió el técnico- es el punto, que el equipo nunca da un partido por perdido y que sea supergeneroso en los esfuerzos». También, quiso subrayar Caparrós, que hubiera debutado «un jugador de nuestra cantera que parecía que llevaba más partidos con el primer equipo. Fíjate, el Málaga ficha jugadores de todas partes y nosotros llegamos con un chaval del Bilbao Athletic que, con la ayuda de sus compañeros, parecía que llevaba ahí bastantes más partidos. Junto al punto, también eso es para estar supercontentos», insistió
Respecto al debut del navarro, Caparrós admitió que Aitor Ocio no tenía problemas físicos, pero explicó que había intentado exprimir lo menos posible a sus jugadores en una semana cargada de esfuerzos. «Igual que con Carlos (Gurpegi). Lo que pasa es que no podíamos refrescar a todos, nos habría gustado hacerlo también con Fernando, por ejemplo. Siempre que se hace un esfuerzo, la consecuencia no es sólo a nivel físico, la concentración y la atención en el juego también se pierden. Y no queríamos eso».
En lo que respecta a los dos grandes protagonistas del choque, Javi Martínez se mostró encantado por «un gol muy importante para todos, que creo que hacía justicia» y Borja Ekiza se confesó feliz «con el debut y con el juego del equipo, que ha dado la cara en todo momento». «Me he sentido muy arropado por todos los compañeros», añadió. GARA
Esta vez sí, Borja Ekiza debutó oficialmente con el primer equipo del Athletic. El central iruindarra, que cumplirá 23 años en marzo, ya se había sentado en el banquillo el miércoles e incluso se había vestido de corto, en agosto de 2008. Aunque entonces fue en un amistoso frente al Conquense.
No hay punto final a los relevos en defensa. Si ayer fue Ustaritz el que tuvo que seguir el partido por televisión tras haber sido expulsado ante el Deportivo, el sábado le tocará de nuevo a Mikel San José. El navarro, que ya se perdió el choque frente al Barcelona, repetirá castigo ante el Racing tras haber visto ayer su quinta amarilla.