La semana ha estado marcada por el linchamiento mediático a ocho jugadores de la Real por unirse a millares de personas que apoyan un manifiesto que hace suyo la gran mayoría de esta sociedad. Sólo reivindica la aplicación también a los presos políticos vascos de un derecho que tienen todos los demás y el final de una política cruel que no sólo les castiga a ellos, sino especialmente a sus familiares. Entre ellos se encuentra uno de los firmantes, que desde hace 22 años debe recorrer miles de kilómetros para ver unos minutos a su padre. Sólo eso justifica que sus compañeros se solidaricen con él como en cualquier otra empresa ante una situación así.

Algo que debía entrar dentro de la normalidad ha sido manipulado por diversos medios para los que reclamar un derecho legal es «una manifestación proetarra». Esa campaña ha llenado de temor e indignación a la familia realista. Indignación por el linchamiento al que se ha sometido a los firmantes y al club, porque no sólo se ataca a los que reclaman la aplicación de un derecho recogido en la legislación vigente, se pone en el disparadero a un club y se quiere impedir la solidaridad y la libertad de expresión de los futbolistas, que tienen el mismo derecho que cualquier otra persona a manifestarse.

Y hay temor a que esta campaña se traduzca en arbitrajes contrarios y a que los aficionados blanquiazules corran peligro en sus viajes. Las peñas recordaban el apuñalamiento de Aitor Zabaleta al Marca, que inició esta campaña. Cada vez que mete a la Real en primera página es por temas que poco tienen que ver con el deporte.

Algunos han criticado a los futbolistas, a los que exigen que estén al margen de la política. ¿Reclamar un derecho y ser solidario es hacer política? Los que politizan el deporte son los que convierten el fútbol en el opio del pueblo, los que utilizan Mundiales y Juegos para reforzar una idea de Estado y desviar la atención de los problemas sociales, los partidos políticos que destinan dinero público para financiar los clubes, perdonar sus deudas y construirles campos...

El mes pasado se homenajeaba a los jugadores de Real y Athletic que tuvieron el valor de salir al campo con una ikurriña que era ilegal. Hace dos semanas nuestros futbolistas volvían a salir juntos a un terreno con una pancarta que reclamaba la oficialidad de las selecciones vascas... Y molesta que los deportistas se posicionen ante las reivindicaciones compartidas por la gran mayoría de su sociedad como lo pueda hacer cualquier otra persona a título individual.