En un momento en que la división de Sudán es ya casi un hecho consumado, el presidente del sur, Salva Kiir, pidió a sus compatriotas que perdonen a la región del norte del país, de mayoría musulmana, por las muertes ocurridas durante las dos décadas que duró la guerra civil y que se saldó con más de dos millones de muertos.

«Para nuestros hermanos y hermanas difuntos, en especial aquellos que cayeron durante la época de lucha, que Dios los bendiga con paz eterna y, como Jesucristo en la cruz, perdone a aquellos que causaron su muerte por la fuerza», dijo Kiir, en su primera intervención pública tras la finalización el sábado del referéndum para determinar si el sur se quiere separar del norte y constituirse como un nuevo Estado independiente.

A pesar de que los resultados finales no se darán a conocer oficialmente hasta el próximo 14 de febrero, los primeros datos constataron que una mayoría abrumadora votó a favor del nacimiento del nuevo estado.

Si todo sale como está planeado, en julio Sudán del Sur sería el país más joven del mundo.

Se estima que, durante el referéndum que se prolongó una semana, más del 80% de los votantes emitió su voto, así como cerca de la mitad de los sureños que viven en el norte.

Los funcionarios electorales, exhaustos, pegaban en la pared de sus puestos las planillas de resultados luego de haber contado votos toda la noche del sábado y hasta la mañana de ayer. Un recuento de casi 30.000 votos constatado por Associated Press mostró que la secesión ganaba con el 96%. Un 3% prefirió permanecer en Sudán y el resto eran nulos. Es una pequeña muestra de los 3,2 millones de sufragios, pero casi todos los observadores concuerdan en que la secesión ganará.