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Crisis política en Túnez

Las armas del huido Ben Ali tratan de arrebatar la victoria a los tunecinos

En un intento casi a la desesperada por aferrarse al poder que abrazaron durante 23 largos años, las fuerzas afines al derrocado mandatario tunecino, Zine al-Abidine Ben Ali, trataron ayer de llevar el país al colapso y protagonizaron numerosos enfrentamientos armados con miembros del Ejército. Entre tanto, el primer ministro interino, Mohamed Gannouchi, aseguró que hoy se dará a conocer el Gobierno «que abrirá una nueva página en la historia de Túnez».

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GARA | TÚNEZ

Miembros de las fuerzas especiales del Ejército y seguidores del depuesto presidente tunecino, Zine al-Abidine Ben Ali, algunos de los cuales pertenecían a la antigua Guardia Presidencial, protagonizaron ayer una tarde plagada de enfrentamientos armados, en lo que se intuía como el último sprint del derrocado régimen por mantenerse en el poder, tal y como lo había hecho durante 23 largos años, hasta que el pueblo se alzó para tumbar al autoritarismo.

Durante todo el día se fueron sucediendo los tiroteos, que con el paso de las horas fueron cobrando intensidad, hasta llegar al mismo palacio presidencial de Cartago. Los soldados protagonizaron intercambios de disparos con un nutrido grupo de individuos armados. Cuando finalmente los uniformados dieron el asalto a la sede presidencial, los rebeldes huyeron y se dispersaron por la zona generando disturbios.

Según algunas versiones, los asaltantes podrían ser partidarios del general Ali Sariati, que había sido jefe de seguridad del presidente tunecino, Zine al-Abidine Ben Ali, huido el viernes a Arabia Saudí. Sariati fue detenido el sábado por la noche y comparecerá ante el juez acusado de alimentar la violencia y poner en peligro la seguridad nacional.

Fuentes del Gobierno interino dieron cuenta, asimismo, de la detención de seis ciudadanos occidentales, posiblemente cuatro de nacionalidad alemana y dos suecos, que fueron arrestados durante el registro de taxis. Según la fuente, transportaban diversos tipos de armas en los vehículos.

Otros dos francotiradores fueron abatidos desde un helicóptero durante los tiroteos, de acuerdo a las informaciones de la televisión estatal.

A pesar de la presencia militar en las calles, los disturbios y los saqueos se repitieron durante toda la madrugada de ayer en la capital, donde un sobrino de Ben Ali murió apuñalado.

Por otro lado, se desmintió oficialmente la muerte del fotógrafo franco-alemán Lucas Dolega. Fue herido el viernes y se encuentra en «estado crítico», según diversas fuentes.

Ésta es sólo una pequeña muestra de los incidentes que ayer fueron la tónica dominante en el país, y que subrayaron la necesidad de conformar un Gobierno con urgencia.

Nueva página

El primer ministro interino, Mohamed Gannouchi, confirmó que será hoy -y no ayer, como se dijo el sábado- cuando se haga pública la formación de un Ejecutivo de unidad nacional.

«Mañana [por hoy] anunciaremos el nuevo Gobierno, que abrirá una nueva página en la historia de Túnez», indicó Ghannouchi en un breve discurso televisado.

Durante la jornada de ayer, aunque no se dieron a conocer muchos detalles, siguieron las negociaciones de cara a atar los cabos del nuevo Ejecutivo.

Aunque las declaraciones de los políticos fueron positivas, matizaban que los problemas podrían surgir a la hora de determinar qué partido ocupará qué ministerio y cuántos miembros de la vieja guardia permanecerían en sus puestos.

Tolerancia cero

Gannouchi también se refirió a los actos violentos de ayer y, en una breve entrevista telefónica con la televisión pública, aseguró que «no habrá tolerancia hacia aquellos, sean quienes sean, que creen problemas a la seguridad pública».

Oriente Medio pone sus barbas a remojar

La inquietud aumentaba ayer en Oriente Medio tras la caída el viernes del mandatario tunecino Zine al-Abidine Ben Ali, ya que los gobiernos regionales temen que el caos se apodere del país y los grupos opositores llama a tomar como ejemplo este alzamiento popular.

En Abu Dhabi, el Gobierno de los Emiratos Árabes exhortó a los tunecinos a mostrar «cohesión, preservar su unidad y evitar todo lo que pueda afectar la seguridad y la estabilidad» de su país.

Para Israel, ese caos en Túnez beneficiará a los islamistas. «Ahora hay mucho temor de que los movimientos islamistas, que hasta ahora estaban fuera de la ley, regresen con fuerza», declaró el ministro israelí de Desarrollo Regional, Sylvan Shalom.

«La región donde vivimos es inestable», insistió el primer ministro, Benjamin Netanyahu.

Pero las oposiciones a esos regímenes han expresado su deseo de que haya un contagio de la situación tunecina.

En Jordania, el Frente de la Acción Islámica (FAI) llamó a «todos los regímenes árabes a reexaminar sus políticas».

«La tiranía es el principal problema del mundo árabe», insistió el FAI, que organizaba con los Hermanos Musulmanes, sindicatos y partidos de izquierda una manifestación ante el Parlamento, donde unas 3.000 personas respondieron a la cita para mostrar su total descontento con la política económica del Gobierno y contra la inflación, según informó AFP. GARA

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