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ANÁLISIS | BALANCE DE LA PRIMERA VUELTA DE LA REAL

Una adaptación que ha mejorado las expectativas más optimistas

La Real despidió el sábado en Getafe una primera vuelta muy positiva porque ha encaminado su principal objetivo de mantenerse. Con el mismo equipo que consiguió el ascenso y la aportación de Joseba Llorente, no sólo no ha acusado el salto de categoría sino que ha progresado.

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Joseba ITURRIA

La primera vuelta de la Real ha sido muy positiva al sumar 25 puntos a pesar de que el calendario como local era complicado, con un partido menos que fuera y con la visita de ocho de los nueve equipos que tienen un mayor presupuesto -Villarreal, Real Madrid, Espanyol, Deportivo, Atlético, Athletic, Valencia y Sevilla-. El Barcelona es el único club importante que no ha pasado por un estadio en el que en la segunda vuelta desfilarán la mayoría de los equipos implicados en la lucha por el descenso. Ante ellos la Real debe conseguir cuanto antes los puntos necesarios para asegurar la permanencia y, a partir de ahí, pelear por obtener la mejor posición.

La permanencia era el objetivo claro y la zona de descenso queda a nueve puntos y Europa a cinco. Ese dato demuestra que la Real está por encima de lo esperado, pero no es el único importante. También hay que subrayar los 29 goles marcados, una cifra sólo superada por Barcelona, Real Madrid, Villarreal y Atlético. Y lo más meritorio es que esas cifras se han conseguido con la base de la plantilla de la temporada pasada. Llorente ha sido el único de los fichajes que ha sido habitual. Sólo Tamudo, en seis ocasiones, y Sutil, en cuatro, han salido en un once en el que en casi todos los partidos han jugado de inicio ocho o nueve canteranos y además con una media de edad muy baja.

La primera vuelta ha demostrado el valor de las canteras en la Liga española. En todas las peleas el equipo que confía más en su cantera está por encima de sus rivales. Le pasa al Barcelona sobre el Madrid, al Villarreal con los candidatos a entrar en la Champions y a Espanyol y Athletic sobre los demás. Que estos cinco equipos estén entre los siete primeros y que la Real en su regreso a Primera llegue al ecuador liguero cerca de las posiciones europeas demuestra el valor de cultivar una idea de juego desde las raíces, con el plus de identificación, de compromiso y de unidad del vestuario que eso conlleva.

El equipo ha competido en casi todos los partidos. Sólo no ha estado a la altura de sus rivales en las visitas de la primera parte de la temporada a Osasuna, Mallorca, Levante y en el Camp Nou. En todos los demás partidos ha podido ganar y mereció más en las otras cinco derrotas. En tres de ellas ante Atlético, Hércules y Zaragoza hubo errores arbitrales que dejaron a la Real sin puntos, mientras que no ha habido ningún partido en el que las decisiones de los colegiados le permitieran sumar.

El mayor defecto es el número de goles en contra. Sólo tres equipos de Primera han encajado más tantos que los 31 que ha recibido Bravo, el atípico Málaga (42) y dos de los tres que ocupan plaza de descenso -Zaragoza y Almería (32)-. Esto demuestra que aquel que encaja muchos goles tiene serias opciones de estar abajo. Sin marcar muchos se puede estar muy arriba -el Espanyol es quinto con 25-, pero un equipo que encaja muchos pierde los partidos.

Es lo que le ha pasado a la Real. En 13 de los 21 encuentros oficiales ha encajado al menos dos goles y en todos ellos sólo ha podido sumar un empate. En los seis partidos en los que no ha recibido ningún gol y en los dos que ha encajado uno ha ganado. Este dato no es irrelevante. Por mucho que se alabe la calidad y el rendimiento ofensivo de los jugadores adelantados de la Real, sólo cuando ellos y todos los demás han estado juntos e intensos en defensa y concentrados los noventa minutos se han conseguido buenos resultados.

En la faceta ofensiva han destacado los jugadores que han actuado en las cuatro posiciones más adelantadas. Xabi Prieto (6), Llorente (5), Griezmann (4), Tamudo y Aranburu (3) y Zurutuza, Sutil, Agirretxe y Sarpong han marcado 25 goles y además una falta del holandés y un centro del pichichi realista de la primera vuelta acabaron en gol. Son 27 de los 29 goles. También Rivas ha aportado en esa faceta dos tantos, cuando sólo había marcado uno en las ocho temporadas anteriores.

El déficit en el aspecto ofensivo ha estado en las jugadas de estrategia, que tantos partidos atascados deciden. En toda la primera vuelta la Real no ha marcado en un remate tras un lanzamiento de falta o corner. El año pasado entre los defensas y el portero sumaron 10 de los 53 goles del equipo y en la primera vuelta no han logrado ninguno a pesar de que los centrales y Carlos Martínez han subido siempre a rematar esas jugadas.

Once jugadores han sido los más utilizados por Martín Lasarte. Bravo y Mikel González han disputado los 1.710 minutos y no ha quedado lejos Xabi Prieto (1.693). En el ranking les siguen Ansotegi (1.549), De la Bella (1.527), Carlos Martínez (1.440), Rivas (1.401), Zurutuza (1.310), Griezmann (1.295), Llorente (1.214) y Aranburu (1.103).

El formado por ellos ha sido el once más utilizado aunque en los últimos partidos Elustondo, sobre todo fuera, ha tenido mayor presencia para convertirse en el jugador número 12 con sus 702 minutos, por delante de Tamudo (619), Markel (370) y Labaka (363). De los 16 jugadores más utilizados, doce han sido formados en Zubieta. En el polo opuesto están delanteros como Viguera y Agirretxe, que apenas han jugado entre los dos 97 minutos, lo que hace aconsejable su cesión para que tengan los minutos que a su edad necesitan. De hecho, Viguera ya se ha estrenado con el Nastic.

Entre los números de la primera vuelta destaca que ningún realista haya sido expulsado. La Real ha terminado todos los partidos con once y eso es algo inusual en el fútbol. Tampoco se han visto demasiadas amarillas y Rivas y Griezmann, por subirse al coche en una celebración, han sido los únicos que se han perdido un partido por sanción en la primera vuelta. En parte hasta es un dato negativo, porque mejor habría sido provocar algunas amarillas en contras rivales que acabaron en gol.

El equipo está en una fase de crecimiento y eso forma parte del aprendizaje. Porque por encima de los números, lo más destacado ha sido que un equipo muy joven ha progresado mucho en un año. Ha aumentado su nivel de competitividad para adaptarse a una nueva categoría en la que nunca habían jugado 12 de los 24 integrantes de la primera plantilla y otros seis apenas tenían experiencia en Primera. Sólo Llorente, Aranburu, Labaka, Xabi Prieto, Rivas y Tamudo habían jugado más de 33 partidos en la máxima división y ése es un dato que realza la aclimatación del equipo y que además invita al optimismo. Cara al futuro, con la experiencia y la progresión de los jóvenes, sólo se puede mejorar.

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