El veto que el PNV está tratando de imponer a la entrada de la izquierda abertzale en Nafarroa Bai no les está resultando fácil de digerir a muchos de sus votantes en este territorio ni aún a la inmensa mayoría del electorado abertzale en el conjunto de Hego Euskal Herria. El argumentario, débil por vago e inconsistente, necesita ser apuntalado y a ello dedicó ayer su pieza editorial «Deia».

Según el escribiente jelkide, «la solicitud de la autodenominada izquierda abertzale (...) sólo se puede entender como un vano intento de trasladar a quienes componen hoy NaBai la responsabilidad ante la certeza de que un acuerdo de esas características y en las actuales circunstancias es imposible».

Y habrá que preguntarse por qué es imposible. Según el editorialista «la propia actitud mantenida en los últimos meses por la izquierda abertzale en relación a Nafarroa Bai, mediante contactos paralelos con algunos de quienes forman la coalición y no sin cierto menosprecio hacia otros, no ayuda precisamente a eliminar las dudas de que la petición no sea un mero movimiento táctico para tensionar NaBai». Sigue sin explicar nada.

El tío se va liando la manta a la cabeza para justificar lo que tiene difícil explicación y escribe cosas como la que sigue: «la propuesta llega sin que, de momento, la izquierda abertzale pueda responder a los planteamientos mantenidos por todos los partidos y sectores que componen NaBai desde sus inicios. Sin cerrar la puerta al ingreso de otra formación, NaBai siempre ha antepuesto la condición de que la misma acepte sus principios fundacionales y, entre ellos, el rechazo a la violencia y a la tutela de ETA. Y aun siendo cierto que la autodenominada izquierda abertzale ha expresado públicamente el rechazo a la violencia y su apuesta por las vías exclusivamente políticas, dicha expresión pública carece aún de la certeza imprescindible para que una colaboración política con Nafarroa Bai no condicione a ésta».

Ya ven que no consigue hilvanar un argumento, pero lo mejor es que sentencia que la suma de votos se puede convertir en «un handicap para la que a día de hoy es la única alternativa estratégica al gobierno de la derecha navarra». Patético.