El cinismo hiriente de presentar a «Baby Doc» Duvalier como solución a los problemas de Haití
El ex presidente vitalicio de Haití, Jean Claude Baby Doc Duvalier, ha vuelto a su país con pasaporte diplomático y billete de primera clase en un vuelo de Air-France. Su llegada se produce un año después del devastador terremoto que asoló Haití y causó más de 300.000 muertos, en mitad de un mortal brote de cólera y de una profunda crisis política en razón del fraude masivo que dejó en cuestión los resultados de las últimas elecciones presidenciales. Baby Doc declaró que regresa para «ayudar», en medio de una situación muy tensa, con informaciones no confirmadas sobre su arresto.
Resulta cínico e hiriente que el «hombre fuerte» de un régimen que torturó y dio muerte a sus oponentes utilizando la milicia creada por su padre, los Tontons Macoute, y robó millones de euros al pueblo haitiano sea ahora presentado como «la solución». Baby Doc no solucionará la grave situación de pobreza, enfermedad, analfabetismo y corrupción gubernamental -en gran medida legado de la brutal historia colonial- de Haití. La presencia del infame cleptócrata dificultará la captación de ayuda internacional y la situación interna. Pero quizás sea ése el cálculo de quienes han propiciado su vuelta: el cuanto peor, mejor.