Esta última operación policial desarrollada en distintos puntos de Euskal Herria suscitó declaraciones por parte de la mayoría de la clase política. La izquierda abertzale, en una rueda de prensa ofrecida en Donostia, donde intervinieron Miren Legorburu y Tasio Erkizia, preguntó al Gobierno español qué es lo que persigue con este operativo cuando en el conflicto que se vive en Euskal Herria «una de las partes está actuando con valentía hacia la apertura de un proceso democrático».

Al respecto, mientras el ministro del Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, apuntaba que las detenciones llevadas a cabo muestran que el Gobierno español sigue luchando contra ETA «con firmeza y determinación», Erkizia afirmaba que la operación responde a que «el Estado teme afrontar un esquema de soluciones y ante ello utiliza las viejas recetas de la represión, la persecución política y las torturas».

Asimismo, Rubalcaba describió a Ekin como «una organización ilegal que intenta imponer las tesis de ETA en la izquierda abertzale». No obstante, Erkizia denunció que el Gobierno español pretende «confundir a la ciudadanía con simplezas insultantes como hablar de `duros' y `blandos'». Por ello, subrayó que el objetivo del Gobierno no es otro que el de condicionar «la apuesta política de la izquierda abertzale y de un amplio sector del pueblo vasco» y entorpecer «la nueva era política que se abre en Euskal Herria».

No faltó la mención por el trato que puedan estar recibiendo los detenidos, ya que, según mencionó Erkizia, «la incomunicación y la tortura van siempre de la mano».

Responder como pueblo

A pesar de todo, Erkizia reafirmó la determinación de la izquierda abertzale de «llevar este proceso hasta sus últimas consecuencias». «Este proceso democrático tiene que terminar en un nuevo escenario democrático en el que todas las opciones políticas tengan las mismas posibilidades», dijo.

Tras afirmar que este último golpe a la izquierda abertzale es «una agresión a Euskal Herria», defendió que «es hora de responder como pueblo». «Hemos de dar una respuesta contundente, masiva; es por eso que hacemos un llamamiento al pueblo para que de manera unida respondamos con un `basta ya' a la represión y abramos el camino a una nueva era política».

Intención política

Por su parte, Eusko Alkartasuna denunció la «intención política» de las detenciones y afirmó que tienen el claro objetivo de entorpecer el proceso que se ha abierto en Euskal Herria. Aralar, por su parte, exigió «que pueda hacer política todo aquel que lo desee» y subrayó que la operación policial no responde a los requerimientos que se le han hecho al Estado español desde el Acuerdo de Gernika. También el PNV se pronunció y reclamó que las detenciones que se produzcan «en un momento tan delicado» como el actual respondan no sólo a que al Gobierno «le interesa lanzar un mensaje político», sino a que existan «motivos de verdad en la investigación policial».

En el plano sindical, LAB rechazó que el PSOE y su Ejecutivo recurran a la «violencia policial para evitar que un sector muy importante de la ciudadanía pueda acumular fuerzas por el cambio social y político», mientras que ELA consideró de «enorme gravedad» que «se trate como terroristas a personas que promueven acciones en nombre de organizaciones que jamás debieron ser ilegalizadas».