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La Iglesia vizcaina apuesta por la continuidad, aunque decidirá Iceta

El obispo de Bilbo informará esta semana de quién va a ser su «número dos», después de la consulta desarrollada en los últimos meses, de la que se desprende que los candidatos preferidos son personas ligadas a Juan María Uriarte. Fuentes diocesanas dan por seguro que Iceta situará a un colaborador como vicario general, sin olvidarse de las preferencias mayoritarias.

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Agustín GOIKOETXEA |

El proceso de consulta en el que han participado curas, religiosos y laicos vizcainos ha finalizado y será esta semana, a lo más tardar en febrero, cuando el obispo, Mario Iceta, informe de quién será su vicario general -el `número dos' de la diócesis- y quiénes los vicarios territoriales. Los quince años de episcopado de Ricardo Blázquez no han logrado restar apoyos a la línea pastoral que asentó Juan María Uriarte y ello queda al descubierto al ver que los candidatos preferidos son personas ligadas al fruiztarra.

La demostración más evidente ha sido que, en la primera vuelta, las dos personas que más respaldos han obtenido para el cargo de vicario general son Ángel María Unzueta -que se ha encargado del gobierno diocesano en los últimos cuatro años- y Kerman López -hasta ahora vicario de Ezkerraldea-Enkarterriak y delegado de Cáritas Diocesana-. Ambos son considerados «hombres de Uriarte», y desde diferentes foros conservadores españoles se ha desatado una feroz campaña en su contra, a la par que se abogaba por la figura del actual canciller, Félix María Alonso, elegido por Blázquez y que desde fuentes de la curia vizcaina se considera «el candidato de Iceta». Para vestir su elección, desde algunas tribunas se ha resaltado que es euskaldun y su relación con el Seminario.

A pesar de ser el preferido de la Iglesia vizcaina, parece que Unzueta Zamalloa, de 58 años, no será el elegido y sí Alonso, también delegado episcopal de la Curia y juez del Tribunal Eclesiástico, que a sus 52 años será nombrado `número dos'. Para no tratar de crispar a la mayoría se apunta a que López Campo ocupará una segunda vicaría, la de Pastoral.

Ángel Unzueta, Gaspar Martínez de Larrinoa -secretario general de la Curia- y Joseba Segura -ahora en las misiones en Ecuador- fueron en su día los nombres que aportó Uriarte a la Santa Sede para su promoción como obispos. Las gestiones del prelado emérito no consiguieron convencer a Roma y menos a la Conferencia Episcopal Española (CEE), que los denostó por su cercanía a la Iglesia local.

En cuanto a López Campo, también ha sido el más votado para repetir como responsable de Ezkerraldea-Enkarterriak. Con su elección como vicario de Pastoral, Mario Iceta lograría situar en esta circunscripción eclesiástica a Jesús Sánchez Maus, párroco de Santurtzi, impulsor de Gesto por la Paz y considerado en el seno de la diócesis como «problemático». En 2003, este bilbaino de 47 años fue uno de los cuatro sacerdotes que se incluyeron en las listas electorales de PP y PSE «como gesto hacia los amenazados».

Para la vicaría de Bilbo se perfilan candidatos como Luis María Vega, párroco de Errekalde, muy vinculado a Acción Católica y que se estima será el elegido por Iceta; Javier Oñate, director del Instituto Diocesano de Teología Pastoral y figura destacada del Foro de Curas, critico con la deriva de la Iglesia católica; y Anton Rey, párroco de Miribilla. Otro nombre que se ha barajado en la consulta es el de Ángel Unanue, que fue vicario en la etapa de Uriarte y muy vinculado a él, aunque parece descartado a sus 66 años.

Para Durangaldea-Busturialdea, el que mayor número de apoyos ha recabado es el ondarroarra José Agustín Maiz, de 47 años, párroco de Santa María de Uribarri de Durango, después de su periplo por Perú y EEUU. Vinculado desde su juventud a movimientos cristianos como Fe y Justicia, colectivo del agrado del obispo, se perfila como el elegido. Otro de los más votados era Iñaki Jauregi, «otro hombre de Uriarte», muy conocido en Busturialdea, que pasó durante el episcopado de Blázquez a un segundo plano.

Tanto en esta vicaría como en la de Uribe Kosta aparece el sacerdote joven Javier Garai, actual consiliario de Euskalerriko Eskautak y vinculado a las parroquias del sector de Galdakao, que también parece estar destinado a ocupar un puesto en el organigrama a tejer por Iceta. «Es un producto de la campaña, pero seguro que es un nombre que el obispo baraja. Lo aceptaría con gusto», explican fuentes diocesanas. En esta zona, en la primera vuelta, el más votado fue el actual responsable, Félix Larrondo, de 50 años, párroco de Berango.

Los cinco cargos a nombrar por Iceta Gabicagogeascoa son fundamentales en el gobierno de la diócesis. Más tarde, acometerá a la renovación del Consejo Presbiterial y el Pastoral, donde tienen acomodo los laicos y con el que el anterior prelado tuvo más roces, previa a su designación por Roma y después en el proceso para buscar al nuevo obispo auxiliar, cargo que finalmente recayó en el gernikarra.

«Solución cortoplacista»

En el seno de la Iglesia vizcaina se contempla que Mario Iceta «combine» cargos de su confianza con aquellos respaldados por la mayoría de los creyentes. «A corto plazo, no hay alternativa, no dispone de muchos nombres con los que tratar de cambiar a la estructura de Uriarte», explican.

Además, se aventura a que, aunque el prelado ha tenido tiempo de establecer las directrices de su episcopado, ya que fue consagrado como auxiliar el 12 de abril de 2008, no se verá desarrollada en su totalidad «hasta dentro de 4 ó 5 años. No puede ser cortoplacista y no hay que olvidarse que en la Iglesia nunca se producen cambios traumáticos».

En este tiempo, auguran, seguirá promocionando a curas, religiosos y laicos «de confianza para ir sustituyendo a los que, por razones biológicas, vayan desapareciendo o se haga necesario su relevo». En esta dinámica, algunos de los nombres que se han ido barajando jugarán, destacan, un papel en el futuro.

Quienes mantienen una actitud vigilante respecto al proceso de elección de vicarios son los integrantes del Foro de Curas, que el pasado martes llevaron a cabo una asamblea, la tercera desde su constitución. En el encuentro, los sacerdotes llegaron a la conclusión de que no disponen de la suficiente información en cuanto al proceso de consulta impulsado por el obispo, por lo que reclamarán a la comisión responsable del mismo «una mejor información de los resultados de la votación» y el número de personas y colectivos de la diócesis a los que se ha invitado a participar. El Foro parece decidido a que algunos de sus representantes obtengan alguna responsabilidad.

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