Raimundo Fitero
El lobo
Hablan en serio o van de farol? Se escuchan demasiadas voces que ponen en tela de juicio el Estado de las Autonomías, y ponen como un ejemplo de despilfarro manifiesto, las televisiones autonómicas. En términos políticos, se podría entender que se trata de una involución, de un apretón centralista para reforzar la administración del Estado en detrimento de las autonomías y siempre con el objetivo final de desmantelar Euskadi y Catalunya, que son sus obsesiones. Con lo fácil que lo tienen: les dejan ser independientes, y la España triunfal e imperial se quita una rémora y puede ser la primera potencia mundial en toros.
En términos económicos, seguramente existen razones muy bien argumentadas, porque a nadie se le oculta que existen duplicidades de manera absurda, que se repiten funciones, funcionarios, poderes pequeños que cuestan mucho. Es más, entre el deterioro de la clase política, el desatino económico y las circunstancias de la inmensa mayoría, una consulta popular podría deparar muchas sorpresas y salir que la gente está cansada, aburrida de esta situación y muy desafecta al actual mapa autonómico.
Colocado el foco en el electrodoméstico esencial, en las autonómicas, en lo que se llama Forta, la realidad es que son bastante prescindibles muchas de ellas, que han sido nidos de corrupción, de desastres económicos y que van perdiendo cuota de pantalla, es decir incidencia de una manera imparable. Existen salvedades, entes que se defienden mejor, pero la inmensa mayoría son aparatos de propaganda al servicio de la mayoría parlamentaria, juguetes de promoción, lugares donde aparecen las autoridades locales, regionales, para intentar sentirse alguien mediáticamente. Pero eso mismo lo podrían conseguir, con bastante menor gasto público, sin crear estructuras y empresas subsidiarias sospechosas, simplemente con desconexiones, con otro sistema. Se ahorrarían muchos millones de euros, se perderían bastantes puestos de trabajo, se aclararía un poco nuestra apretada TDT. Avisan de que viene el lobo, y me temo, que va a llegar. Unos van de farol, pero otros tienen planes que en cuanto puedan los pondrán en práctica.