El proyecto Tindaya vuelve a resurgir y, ante tal realidad, Ekologistak Martxan ha apoyado la iniciativa adopatada por Ben Magec-Ecologistas en Acción de llevar a la familia y a la Fundación Chillida una versión del proyecto respetuosa con el medio ambiente, y que no comprometa la imagen pública y la herencia artística del escultor.

Según explicó la formación ecologista en un comunicado, la iniciativa del Gobierno de Canarias de impulsar la obra «está rodeada de un gran número de incertidumbres sobre la viabilidad económica de la misma y por los innumerables procesos jurídicos que manchan este proyecto».

Además, recuerdan que actualmente las normas de conservación del Monumento Natural de Tindaya (Fuerteventura) se encuentran recurridas ante el Tribunal Superior de Justicia de Canarias por su incompatibilidad con el proyecto de obra promovido por el Gobierno canario, y que «lo deseable» sería que este Gobierno esperase a la resolución de este proceso.

Piden que se tenga en cuenta que este proyecto se está llevando a cabo en «un contexto de crisis económica y de importantes recortes en los servicios sociales canarios», por lo que, en su opinión, está «en tela de juicio tanto la oportunidad como la viabilidad de una obra como esta en este momento».

Asimismo, desde Ekologistak Martxan defienden que, desde que en 1985 Chillida soñara con horadar la montaña inspirado por el verso de «Lo profundo es aire» de Jorge Guillén, «la pesadilla continúa». Y, dada esa realidad, piden «un despertar a la cordura», y que se eche atrás el proyecto de vaciado de la montaña canaria, ya que los efectos sobre el medio ambiente y la invasión cultural que implica, además de los oscuros motivos económico-políticos que entraña, impide que la obra pueda calificarse de arte».