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Análisis | Ocupación sionista de Palestina

La puntilla definitiva a un proceso agonizante

El autor destaca que el proceso de negociación no puede levantar cabeza tras quedar en evidencia las graves cesiones realizadas por el equipo de Abbas. Queda saber quién ha realizado la filtración y a quién beneficiará. Lo único evidente es que perjudica a la actual dirección de la Autoridad Palestina.

Martxelo DÍAZ

Los documentos sobre la negociación entre la Autoridad Palestina e Israel que han comenzado a filtrar Al-Jazeera y «The Guardian» suponen la puntilla definitiva a este proceso y la necesidad de que los palestinos pongan en marcha una nueva estrategia para acabar con la ocupación sionista de su tierra. En este sentido, cada vez cobra más fuerza la reclamación del Estado palestino en instancias como la ONU, ya que además de la legalidad internacional tienen consigo la legitimidad como pueblo.

Tal y como ocurrió con las filtraciones de Wikileaks, los documentos de Al-Jazeera y «The Guardian» no han aportado nada que no se supiera (o que no se hubiera denunciado) previamente. A nadie sorprende constatar con pruebas documentales que los negociadores de la Autoridad Palestina han olvidado a los refugiados, ya que es una consecuencia de los Acuerdos de Oslo que crearon esta institución.

Tampoco sorprende (Hamas lo denunció en su momento) que Israel informase a Abbas de que iba a llevar a cabo la matanza de hace dos años. No es extraño si se tiene en cuenta que Mohammed Dahlan, el hombre de Al-Fatah y la CIA en Gaza, organizó un intento de golpe de Estado para derrocar a Hamas, que (aunque las potencia occidentales quisieran olvidarlo) venció en las elecciones de 2007. Por cierto, las últimas legislativas que se han celebrado en Palestina.

Constatar que Abbas estaba dispuesto a ceder Jerusalén, con la mezquita de Al-Aqsa y las colonias construidas en la zona ocupada ilegalmente al este de la capital histórica de Palestina, no es sino confirmar que desde los Acuerdos de Oslo la Autoridad Palestina se ha visto inmersa en un proceso de cesión de soberanía mientras el ocupante sionista seguía su política expansionista mediante el Muro del Apartheid y las colonias que conculcan la legalidad internacional.

Por tanto, el valor de estos documentos estriba más en que confirman las denuncias que se han formulado durante esta pasada década contra la estéril política de la Autoridad Palestina que en la novedad de lo que aportan.

Más complicado resulta explicar por qué surgen ahora estos documentos. Tanto desde la Autoridad Palestina como desde Israel se han oído voces destacando que estas filtraciones crean confusión y que no contribuyen a avanzar en la solución del conflicto.

Pese a ello, tanto en el seno de la Autoridad Palestina como de Al-Fatah estaban cobrando importancia las voces que denunciaban que el proceso de negociación no servía para la liberación nacional y que había que optar por nuevas estrategias, como la demanda ante la ONU.

La mayoría de los documentos se refieren a reuniones bilaterales entre Israel y la Autoridad Palestina, por lo que lo lógico parece pensar que el origen de la filtración está en una de las dos partes, que evidentemente tendría un interés que por el momento permanece oculto. La reacción de la parte palestina ha sido atacar al mensajero, a Al-Jazeera, como destaca en Twitter su corresponsal Sherine Tadros.

La mayoría de estas reuniones (como todo el proceso) se hicieron con mediación estadounidense, lo que podría ser otra posible fuente de la filtración.

Y cuando se habla de filtración no se puede obviar a Wikileaks. Cuando a Julian Assange le preguntaron por qué no había ningún cable sobre Israel, la respuesta fue que en breve se darían a conocer.

La presencia de «The Guardian», uno de los diarios que difundió los cables de Wikileaks, en esta nueva filtración podría apuntar en esta dirección. Por el momento, ni Al-Jazeera ni «The Guardian» han informado sobre el origen de la filtración. Pero si el pueblo palestino logra, por fin, ponerse en marcha hacia su liberación nacional, el gran perdedor sería el ocupante sionista.

 
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