Otro argumento más para no renovar a Diego Rivas
Joseba ITURRIA
Rivas sorprendió tras el partido de Villarreal al manifestar que «el club todavía no se ha dirigido a mí para hablar de la renovación, por lo que es evidente que ya no lo va a hacer. No pasa nada. Quiero aprovechar los últimos dieciocho partidos de Liga que restan para salir bien de la Real, porque ya sé que no voy a renovar al final de temporada».
El pivote alimenta desde el inicio de temporada este tema artificialmente y no es bueno que minutos después de que Markel pierda un balón que cuesta un gol diga eso, cuando no hay ninguna novedad al respecto y nadie de la Real le ha dicho en las últimas semanas si va a seguir o no porque la decisión no está tomada. ¿Por qué no lo hizo tras los triunfos de Málaga, donde se salió Markel, o Getafe, en el que tuvo que ser cambiado en el descanso y el elgoibartarra mejoró su nivel?
La postura de los técnicos y del Consejo de la Real sobre su situación es clara y lógica. Es el puesto en el que más jugadores de calidad salen de la cantera y tiene tranquilidad para decidir porque no parece que a ningún equipo más importante que la Real le interese Rivas.
Detrás de Markel y Elustondo apuntan Illarramendi, Pardo, Ros, Albistegi, Gaztañaga -que es más pivote que central- y Castro. De los ocho, seis han sido internacionales en categorías inferiores y algunos tienen una proyección muy buena. Lo normal es confiar en ellos y no renovarle, pero nadie ha dicho a Rivas que no va a seguir en la Real y por eso no está justificado que tras una derrota saque ese tema.
Porque con esas declaraciones alimenta un debate que parece interesarle a él, pero perjudica a la Real y, especialmente, a los jóvenes que vienen por detrás en su puesto, a los que indirectamente coloca en el punto de mira de los que entienden que debe seguir y sólo tienen una forma de manifestarse, en Anoeta, donde la Real va a jugar tres de sus cuatro próximos partidos, claves para asegurar la permanencia.
Esas declaraciones son un argumento más para que no siga, porque si aceptara su situación de otra manera y ayudara más a los que le rodean se le podría ofrecer un año, pero con esa actitud la situación se repetiría desde el 1 de setiembre. Por eso sólo cabe esperar que Rivas sea profesional y ayude a la Real y a los jóvenes que actúan en su puesto al máximo dentro y, sobre todo, fuera del campo hasta junio.
Bastante difícil resulta para cualquier pivote de la Real jugar al lado suyo, -ya que cubre un espacio de terreno muy reducido y su pareja de baile tiene que multiplicarse para abarcar el resto y para que no se rompa un equipo que abusa del juego directo- como para que encima se complique su tarea más porque se les va a pitar. Porque ésa es la principal consecuencia de este debate que alimenta Rivas, que sea protagonista y compañeros suyos sean pitados en Anoeta por algunos de sus incondicionales. Y eso perjudica a la Real.