Niko Moreno y Jone Goirizelaia, por la izquierda abertzale; Pello Urizar e Ikerne Badiola, por EA; y Amaia Agirresarobe y Oskar Matute, por Alternatiba, llamaron ayer a la población vasca «a participar de forma activa» en la huelga general que ha convocado mañana la mayoría sindical vasca en contra de la reforma de las pensiones. A juicio de estas tres fuerzas políticas, «esta huelga general es el camino para continuar trabajando por el verdadero cambio».

Urizar y Agirresarobe leyeron en euskara y en castellano el comunicado en el que se adhieren a la convocatoria de huelga general. Valoraron que, para que todo el mundo pueda acceder a una pensión digna es necesario crear empleo de calidad, porque con mayor salario hay mayor cotización; que los jóvenes puedan incorporarse al mercado laboral en igualdad de condiciones y oportunidades; que se implante una fiscalidad progresista y progresiva; y que en Euskal Herria se depositen los instrumentos necesarios para que decidamos nuestro sistema de pensiones, es decir un marco propio de decisión.

Según expresó Urizar, «esta huelga general no responde únicamente a la rabia o al enfado. Es el camino para continuar trabajando por el verdadero cambio», a lo que añadió Agirresarobe que «tenemos que continuar trabajando por otro modelo económico, social y político». «Un nuevo modelo -agregó- en el que los ciudadanos no estemos al servicio de un modelo económico que beneficia a unos pocos, sino que sea la economía la que esté al servicio de los intereses populares».

Por eso, la izquierda abertzale, EA y Alternatiba consideran que «tenemos que salir a la calle, movilizarnos, para que nuestros derechos sean respetados» y, en ese camino, creen que la huelga general que ha convocado la mayoría sindical vasca está «plenamente justificada».

Recordaron que «estamos a las puertas de la tercera huelga general convocada por la mayoría sindical vasca en el último año y medio» y destacaron que todas «tienen un denominador común: que no sea la clase trabajadora la que pague la crisis generada por la avaricia sin límites del capital financiero; que con la excusa de la crisis no se recorten más los derechos adquiridos tras décadas de lucha».

En ese sentido, Agirresarobe dijo que «los dos pilares claves del acuerdo de `Euskal Herria ezkerretik' son la construcción nacional y la construcción social. Son dos caras de la misma moneda». «En la presentación del acuerdo subrayamos la necesidad de dar respuesta firme a las medidas económicas y sociales que pretenden mantener la hegemonía de los mercados menospreciando los derechos de los trabajadores», detalló.

Urizar añadió a este respecto que «son los actuales gobiernos de Gasteiz, Iruñea y Madrid -apoyado por el PNV- los que llevan a la práctica ese menosprecio, y su última aportación es el aumento de la edad de jubilación a los 67 años, que lleva parejo el aumento del número de años que hay que tener cotizados para tener derecho a una pensión». Destacó, asimismo, que «esta medida, y ya van unas cuantas, supone un retroceso en los derechos sociales y laborales de los trabajadores, y una vez más, recaen las consecuencias de la crisis sobre los sectores más desfavorecidos, en especial la juventud, las personas inmigrantes y las mujeres, que están siendo doblemente castigadas por esta crisis».

La representante de Alternatiba explicó a su vez que «el Gobierno del Reino de España ha ejecutado al pie de la letra las exigencias más intolerables de los poderes bancarios, que sólo aspiran a mantener intactos sus insultantes márgenes de beneficio a costa de la ruina colectiva. Es la banca privada la que realmente nos gobierna, la misma que se ha apropiado avariciosamente de los cheques multimillonarios de Zapatero a la vez que nos sustrae unos suculentos intereses mediante la compra de deuda pública estatal».

De esa manera, las tres formaciones políticas explicaron que «la banca privada reclama liquidez a la patronal, y la patronal reclama al Gobierno español una reforma laboral aplaudida sin pudor por el PSOE y el PNV». Insistieron que la reforma de las pensiones debido a la «supuesta inviabilidad» de las mismas no es «más que un intento por acabar con el sistema público y para privatizar el sistema».

Un sinfín de adhesiones

Lo cierto es que las adhesiones a la huelga general se han ido multiplicando en los últimos días. Ayer, decenas de colectivos de Gasteiz, que trabajan en todo tipo de ámbitos, mostraron su apoyo al paro. Además, en Araba son ya más de un centenar los comités de empresa que se suman al llamamiento de la mayoría sindical. Del mismo modo, a lo largo del día llegaron notas de apoyo de organizaciones tan dispares como Ezker Gogoa, Gazte Abertzaleak, la Asamblea Carlos III de pensionistas y jubilados de Nafarroa, la Plataforma de pensionistas y jubilados de Gipuzkoa y Herria Abian!.

También el presidente de la Agrupación de Asociaciones de Comerciantes de Gipuzkoa, Amador Viteri, animó al colectivo que representa a secundar la huelga general. Viteri consideró «justificada» la huelga y aseguró que el recorte de las pensiones afectará al consumo, «dada la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores»

No sólo en Euskal Herria. La huelga general ha recibido también el apoyo expreso de la Federación Sindical Mundial (FSM), de su Oficina regional Europea, de la Plataforma de Sindicatos de Naciones sin Estado y de las Uniones Internacionales de Sindicatos (UIS) del metal y la minería, de la construcción y madera, de los servicios públicos y del comercio y alimentación y de hasta 60 centrales sindicales de 29 países. Entre otros, expresan su respaldo a la huelga PAME (Grecia), USB y CUB (Italia), PEO (Chipre), SUD-Solidaire (Estado francés), la CIG y la CUT de Galiza, la Intersindical Catalana, la Intersindical Canaria, y el STC corso. Asimismo, los apoyos han llegado desde Venezuela, Argentina, Chile, India, Centroáfrica, Moldavia, Serbia...