María tiene sobre sus espaldas a su bebé mientras en cada mano lleva los pocos enseres que ha podido rescatar en su precipitada huida. Atrás deja sus tierras, sus cultivos, su vida de campesina. La llegada de un grupo de hombres armados la ha empujado hacia un destino incierto. A partir de ahora ya no será más María, sino una desplazada más por culpa del conflicto que asola su país.

Colombia ostenta el triste récord de tener el mayor número de personas desplazadas en el mundo. 3,7 millones de colombianos se han visto forzados a abandonar sus hogares, refugiándose en ciudades vecinas, en la capital e, incluso, en países limítrofes como Ecuador, donde viven 600.000, y Venezuela, donde residen 200.000. La mayoría son campesinos, indígenas o afrodescendientes, según la ONG Consultoría para los Derechos Humanos (Codhes).

Mientras ellos se hacinan en condiciones precarias, sin derechos y con la vida hecha pedazos, sus tierras pasan a manos de terratenientes, de paramilitares supuestamente desmovilizados y de narcotraficantes, que no dudan en sembrar el terror para asegurarse el silencio de sus víctimas. Desde el 1 de marzo de 2002 al 24 de noviembre de 2010, han matado a 41 líderes y personas en situación de desplazamiento.

Tampoco cuentan con la protección efectiva del Gobierno, que en el proyecto de Ley de Tierras favorece a los grandes latifundios y a la explotación comercial. La política agraria sigue encaminada a la producción de agrocombustibles, para lo que se requieren grandes extensiones de tierra. La población indígena y campesina sale perdiendo una vez más a merced de terratenientes con capacidad suficiente para ejercer presión sobre jueces y demás agentes del Estado.

El desplazamiento no sólo condiciona la vida de la persona afectada. También influye en el presente y futuro de una sociedad que no debería dar la espalda a esta situación. María, mientras, continuará vagando en busca de una salida, que no llegará hasta que el Gobierno aborde con sinceridad y determinación el conflicto en todas sus dimensiones.