La presión popular contra el llamado Gobierno de unidad de Túnez, que integran figuras del depuesto régimen de Ben Ali, se mantuvo durante el día de ayer en medio de rumores sobre una inminente reorganización del gabinete.

En la capital, cientos de tunecinos se manifestaron por primera vez ayer para apoyar al Ejecutivo interino. Finalmente, estos fueron dispersados por opositores, sin que se registraran mayores enfrentamientos.

Mientras se conocía la dimisión del presidente del Senado, Abdallah Kallel, que estaba bajo arresto domiciliario desde el domingo, proseguían las incógnitas sobre quiénes conformarían el nuevo gabinete que, según el portavoz del Gobierno y ministro de Educación, Taieb Baccuch, debía realizarse entre el lunes y ayer. No obstante, «a título personal», se mostró a favor de mantener en el cargo a algunos ministro de Ben Ali para garantizar «la continuidad del Estado».

Por otra parte, el más alto responsable de la diplomacia estadounidense para Oriente Medio, Jeffrey Feltman, primer dirigente occidental que viaja a Túnez desde el derrocamiento de Ben Ali, llegó el lunes al país y dijo esperar que «el ejemplo» del alzamiento tunecino traiga reformas al mundo árabe.

Feltman destacó que EEUU apoya las reformas llevadas a cabo por el Gobierno interino, pero que sólo las elecciones «traerán la democracia».