«No puede haber relaciones con Israel si no respeta la legalidad»
Manuel Tapial se encontraba en la flotilla que lideraba el «Mavi Marmara» y que en mayo del año pasado fue abordada por Israel cuando se dirigía a Gaza. Ahora, está inmerso en la organización de una nueva expedición para intentar romper el bloqueo al que está sometido este territorio palestino.
Martxelo DÍAZ
Manuel Tapial acaba de visitar Euskal Herria en el marco de una gira de charlas para impulsar la organización de una nueva flotilla que intentará romper el bloqueo al que Israel somete a Gaza la próxima primavera. Después de su visita, en Madrid se celebró un encuentro estatal para planificar una estrategia conjunta para los próximos meses.
¿Por qué motivos han organizado una nueva flotilla a Gaza?
El motivo de esta nueva flotilla y de nuestra participación en la misma es el vacío resultado político que conseguimos con la anterior. Pensábamos que se iba a romper el bloqueo a la Franja de Gaza, que la comunidad internacional iba a reaccionar de alguna manera. Pero visto que no hubo ningún tipo de consecuencia política para Israel, que todo sigue igual y que el bloqueo continúa, hemos creído necesario organizar una nueva flotilla con el añadido de que la anterior fue organizada por seis organizaciones internacionales y en ésta ya hay 16 países diferentes de América, Europa y Asia, lo que implica que ha habido un eco y una necesidad de sacar un barco de cada Estado.
Actualmente, está recorriendo el Estado español presentando la iniciativa. ¿Qué tipo de respuesta están recibiendo?
Tras la anterior flotilla, mientras el Gobierno nos intentaba esconder, hacernos callar y que no existiéramos mediáticamente, recibimos un gran apoyo popular en los diferentes territorios del Estado español. Ha sido la sociedad civil la que nos ha impulsado a tomar esta nueva iniciativa. Laura [Arau] y yo nos sentamos y vimos que todo ese apoyo había que canalizarlo de alguna manera para que repercuta positivamente a la causa palestina. Por ello, decidimos emprender la iniciativa de sacar un barco desde el Estado español. Con ese objetivo, hemos recorrido prácticamente todos los territorios, hemos dado más de 50 conferencias, se han creado más de catorce grupos de apoyo, uno de ellos en Euskal Herria... La verdad es que se está trabajando bastante bien, nos estamos acercando a cumplir los objetivos que nos habíamos marcado.
La organización de una flotilla de este tipo supone un gran esfuerzo organizativa y económicamente.
Si, sobre todo teniendo en cuenta que es una iniciativa en un ámbito en el que nunca hemos trabajado. Hemos tenido que aprender legislación marítima, logística... Hay que tener en cuenta que somos gente de tierra adentro, por lo que es muy importante la labor de los grupos de apoyo, que asumen distintas tareas de logística para que esta campaña pueda salir adelante. Económicamente, también es un reto muy importante. Comprar un barco viene a costar unos 350.000 euros y esa es una cantidad muy importante. Además, hay que conseguirla en muy poco tiempo, por lo que es muy importante el compromiso de personajes públicos, que están apoyando en la medida de lo posible.
¿Se ha contemplado el riesgo de un nuevo abordaje, tal y como sufrió la anterior flotilla?
Contemplamos varios escenarios, pero esta vez hay un antecedente. El mundo entero fue testigo de lo que sucedió en aguas internacionales del Mediterráneo. Hemos aprendido de los errores. Cuando nos subimos a los barcos de la anterior flotilla, ni en el Estado español ni en ningún territorio se hizo ningún tipo de campaña de sensibilización previa. Por eso, cuando sufrimos el ataque pilló desprevenidos a todos los movimientos sociales. Esta vez, estamos sensibilizando, llevamos ya varios meses, con el fin de movilizar a la sociedad civil y a los agentes civiles, políticos y sociales de todos los ámbitos posibles para que esté todo el mundo alerta y todo el mundo se movilice y nos ayude en esta campaña porque pensamos que es imprescindible el apoyo de la sociedad para condicionar el desenlace de esta acción. Hay que recalcar constantemente que es una acción legal, que estamos protegidos por la legislación internacional, la convención de Ginebra y el derecho humanitario. Por tanto, los gobiernos deberían ponerse a nuestro lado y protegernos. Aquí, el único que ha actuado fuera de la ley es el Gobierno de Israel, a quien nuestros gobiernos permiten ser impune.
Se acaba de cumplir el segundo aniversario del bombardeo masivo contra Gaza, un buen ejemplo de esa impunidad que comenta.
Sí. Estamos indignados porque parece que Israel tiene vía libre para masacrar y asesinar a población civil o a cualquiera que se ponga delante de su objetivo, sin ningún tipo de consecuencia. Esta acción de la flotilla no es sólo una acción humanitaria, sino también política. Pretendemos reivindicar que se cumplan los tratados internacionales y la legislación internacional. No puede ser que nuestros gobiernos, o los de los países que se llaman «civilizados», estén firmando tratados y tengan relaciones con estados, como Israel, que no cumplen siquiera una resolución de la ONU.
«En la anterior flotilla no hubo sensibilización previa, por lo que cuando fuimos atacados pilló desprevenidos a los movimientos sociales»