Alarma sobre las condiciones de los presos políticos en las cárceles de Turquía
Un reciente informe ha puesto de manifiesto las terribles condiciones de reclusión en las que se encuentran miles de presos políticos, la mayoría kurdos, en las cárceles turcas.
GARA | ANKARA
Un documento hecho público por el BDP (Partido para la Paz y la Democracia) el pasado 11 de enero denuncia la precaria situación de los presos políticos recluidos en las cárceles turcas durante el pasado 2010. Elaborado por una comisión de diputados pertenecientes a dicho partido, el informe recoge que la comida proporcionada a los presos políticos es a menudo insuficiente y que los castigos incluyen restricciones en la misma. Asimismo, los enfermos terminales no recibirían la dieta dictaminada por las normas carcelarias, una medida que se agra- varía con los precios «extremadamente elevados» de los alimentos en las cantinas.
La comisión denunció también fuertes restricciones en el agua caliente, a pesar de las extremas temperaturas del lugares como Erzurum, donde el termómetro a menudo llega a los 20 grados bajo cero.
Las irregularidades en las comunicaciones entre los presos políticos, la gran mayoría kurdos, también han sido subrayadas negativamente, especialmente en lo que se refiere a los centros penitenciarios de Diyarbakir y Tekirdag. En esta última cárcel, los presos dispondrían de siete horas al mes para comunicarse con sus compañeros, si bien la normativa establece diez horas a la semana.
En la cárcel de Diyarbakir la situación podría ser aún peor. Algunos presos políticos aseguraron no haber podido comuni- carse nunca con ninguno de sus compañeros a pesar de llevar varios años recluidos en el mismo centro penitenciario.
Por otra parte, en los centros de Adana, Bakirköy y Bolu las horas «sociales» estarían estrictamente restringidas y las horas de visita, tanto de familiares como abogados, nunca se ceñirían a las propias normas carcelarias. Los presos de Erzurum, Mardin, Trabzon y Tekirdag informaron a la comisión de que sus cartas no eran enviadas y de que tampoco recibían correo.
El informe del BDP también ha recogido quejas en torno a las «deplorables condiciones de higiene» así como numerosos casos en los que se ha denegado, de forma sistemática, asistencia sanitaria a varios de los internos enfermos.