Aralar opta por estrechar lazos con el PNV frente a otras alternativas
La decantación de Aralar por mantener la alianza con el PNV en NaBai, a costa incluso de provocar la salida de otro socio como EA, está en sintonía con la apuesta realizada también en otros herrialdes por estrechar lazos con los jeltzales en lugar de tratar de alcanzar acuerdos con fuerzas abertzales y de izquierda. Aralar intenta tener una posición propia que pueda servirle para ser determinante en el escenario de pactos que se abra tras las próximas elecciones.
Iñaki IRIONDO | GASTEIZ
El PNV dijo que si la izquierda abertzale entraba en Nafarroa Bai ellos se iban de la coalición, y Aralar cerró esa puerta. Su apuesta ha sido elegir a los que Aintzane Ezenarro califica como «minoría» en su página de Facebook, aun a costa de correr el riesgo cierto de que otra fuerza mayor, como EA, se vea expulsada de NaBai por el cúmulo de condiciones que se le han venido poniendo en estos días.
Las palabras de Iñigo Urkullu el 18 de noviembre fueron determinantes. El presidente del EBB dejó claro desde Madrid que ««si EA entiende en esa estrategia que su camino es la confluencia con Batasuna, y si Aralar, que es una escisión de Batasuna en el año 2001, entiende que en estos diez años ha hecho el trabajo y lo ha culminado, ellos lo entenderán así... Pero como PNV no vamos a formar parte de una coalición en la que Batasuna esté pretendiendo absorber al conjunto de las formaciones políticas participantes».
Sólo tres días antes, el coordinador de Aralar y cabeza de lista de la coalición al Parlamento foral, Patxi Zabaleta, había declarado, ante una oferta de la izquierda abertzale, que Nafarroa Bai «es una estructura abierta a fuerzas que se quieran incorporar cumpliendo los principios establecidos».
El resultado final ha sido que puestos a escoger entre el PNV y la izquierda abertzale, Aralar ha optado por los jeltzales. Una formación con pocos militantes y escasa proyección electoral en Nafarroa, pero que cuenta con una importante infraestructura en el resto de Euskal Herria y «con mucho dinero», según reconocen desde dentro de Nafarroa Bai.
El movimiento de Aralar no se circunscribe únicamente a Nafarroa. En círculos políticos se venía comentando ya desde mediados de enero que en Gipuzkoa mantenían conversaciones con el PNV para explorar la posibilidad de acuerdos que permitieran a los jeltzales mantener la Diputación tras las elecciones del 22 de mayo.
«El Diario Vasco» dio cuenta el pasado miércoles de una de las reuniones habidas, que viene acompañada de una relación política fluida entre Joseba Egibar y Aintzane Ezenarro -dos de los participantes en la cita- en el Parlamento de Gasteiz.
Ezenarro ha reconocido en Facebook que hay disposición para el trabajo en común con el PNV, pero añade que tienen esa misma disposición con el resto de partidos, en especial con los abertzales.
Sin embargo, Aralar ha rechazado expresamente cualquier participación en el acuerdo «Euskal Herria Ezkerretik» firmado por la izquierda abertzale, EA y Alternatiba, dejando clara su posición. También ha mostrado diferencias con algunos pasos dados por los firmantes del Acuerdo de Gernika, del que sí forma parte, generando situaciones incómodas en su seno, según otros integrantes.
Aralar, al igual que el PNV, se ha mantenido al margen de otros movimientos como Independentistak, que ha aglutinado a abertzales de izquierda.
Se ve un interés por mantener una posición propia que le permita tener un papel determinante, sobre todo en Gipuzkoa, donde el PNV augura una caída de su actual socio, Hamaikabat.
Aintzane Ezenarro tiene escrito en su página de Facebook que «el PNV es minoría en Nafarroa y ha aceptado un programa de izquierda», el de Nafarroa Bai, «que redactó Aralar».