Dice un proverbio sueco que una alegría compartida se transforma en doble alegría, mientras que una pena compartida, sólo en media pena. Pues bien, después de jornadas y jornadas de media pena para Hondarribia-Irun y UNB Obenasa, ayer ambos equipos al fin pudieron vivir un día de doble alegría. El duelo vasco-balear dejó un resultado inmejorable, que hace renacer las esperanzas de que al final de la campaña siga habiendo dos equipos vascos en la Liga Femenina.

Resultó particularmente meritorio el triunfo de UNB Obenasa en la pista del Ibiza, un rival muy peligroso en su feudo. Las de César Rupérez dieron una lección de carácter para imponerse por 53-58 y sumar así su tercer triunfo liguero, muy importante para no desengancharse de la pelea por la permanencia. Y eso que el cuadro iruindarra no abandona la última plaza de la tabla, ya que Cadí La Seu, se impuso en la cancha del Extrugasa por 73-78.

El triunfo navarro se gestó en un gran tercer cuarto, después de llegar al descanso con una desventaja de 9 puntos: 33-24. Inasequibles al desaliento, las iruindarras, guiadas por Kaayla Chones y Paula Palomares, lograron un parcial favorable de 7-18 con el que voltearon el marcador. El último cuarto fue de auténtico infarto, en el que las de Rupérez mantuvieron la iniciativa, pero con su rival pisándole los talones continuamente. Sólo gracias a dos tiros libres de Palomares a falta de 6 segundos pudo certificar el conjunto navarro su triunfo.

Plácido triunfo en Hondartza

El triunfo de Hondarribia-Irun ante el Sóller Bon Día fue mucho más plácido, aunque los aficionados de Hondartza también debieron esperar hasta el despegue de las de Pepelu Mujika. Jovana Rad, con 21 tantos, y Amra Dapo, con 15 puntos y 6 rebotes, lideraron el sexto triunfo guipuzcoano, por 73-55, de modo que se sitúan a mitad de la tabla clasificatoria.