La Real aprobó en el momento más oportuno la única asignatura pendiente de esta temporada en ataque, las jugadas de estrategia y la aportación que en ellas debían presentar sus centrales. Los blanquiazules no habían creado peligro en sus primeros siete saques de esquina, pero en el octavo Tamudo, que estaba en fuera de juego, habilitó a Ansotegi para que marcara el primer gol de la temporada de los defensas realistas.

No pudo ser más oportuno el gol del vizcaino, porque llegó en un momento psicológico en el último minuto del primer tiempo y porque cuando los jugadores se fueron al descanso empezaron a caer fuertes trombas de lluvia torrencial que dejaron el campo inundado.

En el segundo tiempo el balón no podía correr y eso benefició a la Real, que supo jugar en esas condiciones y además se encontró en otra jugada a balón parado con el tanto de la tranquilidad, marcado por Tamudo, que también fue oportuno con su gol y su asistencia para impedir que en las próximas semanas se hable más de Joseba Llorente.

La aportación del catalán fue clave para lograr una victoria muy importante porque sitúa a la Real en la novena posición, mucho más cerca de Europa que de los puestos de descenso, que quedan a diez puntos. Una derrota ayer habría dejado al Almería a cinco puntos con el average en contra y ahora queda a doce reales, una distancia que ya se puede considerar insalvable. Porque el Almería superó a la Real en la Copa y ha llegado a semifinales, pero es vicecolista y su situación hace dar por buena la eliminación copera.

Piatti y Ulloa

La Liga es lo único importante y superar eliminatorias en la Copa hace perder unas energías que provocan que un equipo con uno de los mejores porteros de la Liga y buenos jugadores de medio campo para adelante esté al borde del abismo.

Piatti, especialmente, y Ulloa demostraron su calidad en el primer tiempo. Ya en el minuto 3 el delantero tuvo un control excepcional y dejó el balón para que el media punta rematara fuera en clara situación. Entre los dos trasmitían sensación de peligro y el Almería superaba a la Real, aunque su mejor oportunidad llegó en un mal despeje de Bravo que golpeó en Labaka y dejó el balón franco para Ulloa, que remató al poste cuando se llegaba a la media hora.

A partir de ahí, la Real equilibró el partido, pero sin crear más jugadas reseñables que las tres en las que se reclamó penalti a Clos Gómez. El mal árbitro aragonés no sancionó ninguna, pero su asistente lo compensó al no señalar la posición ilegal en la que se encontraba Tamudo antes de centrar el balón que permitió a la Real irse en ventaja tras los únicos 45 minutos en los que se pudo jugar al fútbol.

En el descanso empezó a llover como nunca se ha visto en quince minutos en la historia de Anoeta, hasta el punto de que el drenaje del césped, que siempre se ha destacado, fue incapaz de absorber la gran cantidad de agua caída. El segundo tiempo estuvo totalmente condicionado por el estado del terreno de juego, que no permitía conducir el balón ni realizar ningún pase a ras de suelo. La Real supo adaptarse a esa situación, que siempre favorece al que gana, y se esforzó por enviar el balón lo más lejos posible de su área y a evitar complicaciones en las zonas de mayor riesgo.

Además Lasarte reaccionó bien cuando Oltra sacó a Goitom para buscarles a él y a Ulloa con un juego directo. Respondió con la entrada de un Demidov que estuvo como pez en el agua, y nunca mejor dicho, en su debut. Además nada más salir fue el otro central, Labaka, el que ganó la partida a su marcador y permitió a Tamudo apagar el nerviosismo suscitado por la lesión de Llorente. La Real no sólo tiene once jugadores. Toda la plantilla ha respondido cuando ha sido necesario y por eso ocupa el noveno puesto con diez puntos sobre el descenso.