Koldo CAMPOS Escritor
Gepeto y Pinocho
Gepeto, enamorado de su obra, dice el cuento, vendió su abrigo para que Pinocho pudiera ir a la escuela. Pinocho, enamorado de su autor, sigue narrando el cuento, fue a la escuela dispuesto a estudiar mucho para tener un buen trabajo, ganar dinero y comprarle un abrigo a Gepeto.
Gepeto, agrego yo, gracias al hada recuperó su abrigo y volvió a venderlo para que Pinocho pudiera ir al instituto.
Pinocho fue al instituto decidido a estudiar mucho para tener un buen trabajo, ganar dinero y comprarle un abrigo a Gepeto.
Gepeto, auxiliado del hada, recobró su abrigo y lo vendió de nuevo para que Pinocho pudiera ir a la universidad.
Pinocho fue a la universidad resuelto a estudiar mucho para tener un buen trabajo, ganar dinero y comprarle un abrigo a Gepeto.
Gepeto, apeló al hada y revendió su abrigo para que Pinocho, terminada la carrera, se presentara a las oposiciones y consiguiera plaza.
Pinocho, fue a las oposiciones dispuesto a aprobarlas para tener un buen trabajo, ganar dinero y comprarle un abrigo a Gepeto.
Gepeto, desesperado, aún tiene a Pinocho en casa. Con la pensión recortada y vencida la hipoteca, al borde del desahucio, ya ni el hada, trasladada a otro cuento, le hace maldito caso. Después del abrigo también vendió el sombrero, la camisa, los zapatos... para ayudar a Pinocho mientras no encuentre trabajo.
Pinocho suspendió las oposiciones. Casado y con un hijo sigue viviendo, junto a su mujer, también desempleada, en casa de Gepeto. Ayer se disponía a vender su abrigo para que su hijo pudiera ir a la escuela cuando advirtió que él no tiene abrigo.