Tras el pacto para la reforma del sistema de pensiones, mañana llega a Madrid la canciller alemana, Angela Merkel, la verdadera impulsora de dicha reforma y cuyos dictados son los que están dando forma a las políticas económicas de los estados de la eurozona. Merkel trae ahora un nuevo «pacto de competitividad» para estabilizar el euro, que forzará que las políticas fiscales, de salario y pensiones sean cada vez más armonizadas. Un nuevo plan que plantea la hipótesis de un gobierno económico único para la eurozona, con un enorme potencial para definir la política económica del futuro, desde las cualificaciones profesionales y de educación a la política fiscal, la reestructuración bancaria o las políticas sociales.

Con el argumento de que la moneda única no trajo consigo la correspondiente política económica común, y con el objetivo de tranquilizar a «los mercados», preocupados por la debilidad del euro en la economía global, la transformación de la Unión Europea avanza sin ningún tipo de legitimación ni control democrático. Habrá resistencia, pero la agenda de Merkel se impone y no conoce descanso. Los Estados Unidos de Alemania no parecen una ocurrencia.