En los divorcios y separaciones, sobre todo cuando hay hijos y bienes en común, por lo general existen tantas dificultades para entenderse que cada vez se demanda más la ayuda de mediadores familiares para poder llegar a un acuerdo que beneficie a todas las partes, y en especial a los hijos. En un conflicto de pareja ocurre lo mismo. Muchas veces sólo una buena terapia de pareja consigue que uno y otro escuche lo que la pareja intenta comunicar, y de esta manera sucede en las escuelas. Recuerdo cuando era coordinadora educativa mediando entre directivos y profesores, profesores y alumnos, profesores y padres de familia o entre los mismos profesores o alumnos, porque siempre había algún motivo de conflicto a solucionar.

Esto mismo sucede en todos los ámbitos y a todos los niveles, como sucede ahora en Euskal Herria, ya que en todos estos años no ha podido haber entre todos los partidos políticos y todos los políticos un diálogo maduro ni un entendimiento para poder resolver un conflicto que perjudica a unos y a otros. Por este motivo es realmente importante y necesaria la presencia de mediadores internacionales que puedan «mediar» entre todas las partes encontradas del conflicto y queda muy claro que el conflicto principal está sobre todo entre estas personas que dicen representarnos y que supuestamente quieren la paz para todo un pueblo pero que no han sido capaces de sentarse a dialogar y buscar una verdadera solución de paz.

Ahora las cosas están puestas sobre la mesa, se han dado pasos muy importantes, se han pronunciado frases que antes no se habían pronunciado y se ha ha conseguido que por primera vez varios partidos estén avanzando juntos, por lo tanto sería tonto e irresponsable no aprovechar este momento político, sin embargo no todos están preparados para dialogar, y por eso mismo necesitamos de mediadores internacionales que apoyen este momento esperanzador.

Un mediador tiene ciertas características que le hacen merecedor de la confianza de las dos partes en conflicto. Es una persona con cualidades de saber escuchar y hacerse entender, una persona neutral que no está a favor de una o de otra parte, sino de buscar una solución justa al conflicto; es una persona que velará porque ambas partes se entiendan desde una actitud de respecto. Una persona que sabrá mantener la calma ante la ofuscación y el fanatismo de unos o de otros, sabrá abrir veredas de diálogo cuando las partes se mantengan herméticas y cerradas, sabrá valorar y reconocer cuando cada parte ponga de su parte para ir avanzando en el diálogo y mantendrá siempre el compromiso y la responsabilidad del esfuerzo en que las dos partes dialoguen y cedan, recordándoles que lo que interesa en ese diálogo son argumentos y compromisos sólidos y fiables para conseguir la paz para todo el pueblo vasco. Por eso debemos acceder a la oportunidad de tener mediadores internacionales que apoyen nuestro momento histórico y político en Euskal Herria.