Raimundo Fitero
Mala letra
Dice Walter Pandiani, jugador uruguayo de Osasuna, que Cristiano Ronaldo en plena gresca en El Sadar, le preguntó con mala entraña: «¿cuánto ganas?». ¿Qué se hace ante una pregunta de esta entidad? Lo que gana el portugués seguramente quintuplica a lo que gana el uruguayo, pero ¿es un argumento para algo más que para exigirle que trabaje según su salario? Si el que gana más, pierde, el que ganas menos, gana. Moralmente. O como dice la santa Ángela Merkel, «el salario debe estar vinculado a la productividad». La frase de la maquinista de la locomotora europea forma parte del ideario que se va a imponer.
No obstante, además del lumbreras de David Bisbal, y su falta de paseantes por las pirámides debido a la revuelta, el campeón de la incompetencia ha sido Mariano Rajoy. Si alguno de sus imitadores, de su cuerda, o de la contraria, hubiera realizado una parodia parecida, nos hubiéramos reído con la ocurrencia. Pero, claro, si esto sucede en directo, en una entrevista en donde el conocido agitador político de la extrema derecha, Pedro J. Ramírez, se rinde a los encantos del que puede ser el próximo inquilino de la Moncloa, le jabona porque huele negocio próximo y se las pone como a Felipe VI, y ante la cuestión tan sencilla, como «¿qué medidas económicas tomaría usted si fuera presidente?», se pone a carraspear, muda la color, tartamudea y solamente acierta a decir, «lo tenía aquí apuntado, pero no entiendo mi propia letra», la cuestión es tragicómica. O directamente trágica. No se rían, que este individuo puede recibir a la Merkel dentro de año y medio y pasearse por las calles de Euskal Herria, de manera imperial.
Vale, tiene mala letra. Muy mala letra. Pero si yo escribo algo, no sé, «compra desodorante», puedo no entenderlo a la primera, pero seguro que en tres segundos caigo. O digo otra cosa, pero esa excusa, esa sinceridad tan campechana, es vergonzosa. Significa que su mala letra es de ignorancia, de no hacer nada más que esperar el turno. Es decir un gran político español contemporáneo. Lo único bueno de este asunto para el candidato es que se emitió por Veo7 y fue casi clandestino, pero con mala letra.