La pelea diaria fuera del ring en un barrio marginal
«The Fighter»
El quinto largometraje de David Owen Russell cuenta con siete nominaciones a los Óscar, siendo las que tienen mayores posibilidades reales las de Mejor Actor de Reparto (Christian Bale) y Mejor Actriz de Reparto (Amy Adams y Melissa Leo). En este segundo apartado hay una doble opción, aunque ha sido Melissa Leo la ganadora del Globo de Oro.
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
Cada vez que se estrena una película ambientada en el mundo del boxeo, vuelve a debatirse sobre si el género está definitivamente acabado o no. Tal como se conoció en su época dorada ya no existe, porque no interesa al público actual en la medida en que el espectáculo boxeístico se ha quedado fuera de lo políticamente correcto. Las pocas películas que se hacen son en tono decididamente crepuscular, y no puede ser de otra forma por culpa de un Stallone que, con tanta secuela de «Rocky», ha agotado la dimensión épica del género.
Al encargarse de la dirección de «The Fighter», David O. Russell era plenamente consciente de las limitaciones existentes hoy en día para una película sobre boxeadores, así que tuvo muy claro desde el primer momento que las escenas sobre el ring durarían lo mínimo posible, sirviendo, únicamente, de trasfondo para la verdadera historia de los dos protagonistas. «The Fighter» es un drama de personajes marginados, que se dedican a boxear para ganarse la vida como podrían tener cualquier otra ocupación de cara a su supervivencia diaria.
Al importar más los personajes que su oficio y, teniendo en cuenta que éstos existen en la realidad, la película queda enmarcada genéricamente en el biopic, que ya se sabe que es un género que gusta mucho a los miembros de la Academia de Hollywood.
Prueba de que el elemento biográfico gana al boxeístico es la importancia que David O. Russell ha dado a las figuras secundarias, especialmente a las femeninas. A ello contribuye el hecho de que los dos protagonistas masculinos se criaran en una familia numerosa compuesta mayoritariamente por mujeres. Eran los únicos varones, junto con el padre, ya que convivían con siete hermanas y la madre.
Así se explica que «The Fighter» tenga muchas posibilidades de hacerse con el Óscar a la Mejor Actriz de Reparto, al contar con la doble opción de Amy Adams y Melissa Leo. Como quiera que la segunda ganó el Globo de Oro en dicho apartado, también hay que calificar de favorito a Christian Bale, que se hizo a su vez con el Globo de Oro al Mejor Actor de Reparto.
Las cuatro nominaciones restantes a los Óscar son por Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Guión Original y Mejor Montaje. Las candidaturas a la Mejor Película y Mejor Director están prácticamente descartadas, pero suponen un gran impulso para Mark Wahlberg como productor y para el director. Otro tanto sucede en la categoría de Guión, con la complicidad añadida de que la autoría la comparten entre Scott Silver, Paul Tamasy y Eric Johnson. Son los tres que figuran en los créditos, pero en el desarrollo del argumento también ha intervenido Keith Dorrington, y se dice que incluso Paul Attanasio y Lewis Colick, a pesar de que no aparecen acreditados. Y, por último, queda la categoría técnica de la edición de las imágenes, en la que nunca se sabe lo que va a suceder, por lo que la montadora Pamela Martin tiene derecho a soñar con la estatuilla hasta una vez comenzada la ceremonia de entrega.
Micky Ward y Dicky Eklund
Dicky Eklund es ocho años mayor que Micky Ward. Son medio hermanos criados en la misma familia, en un barrio marginal de Lowell, en Massachusetts. Son considerados sendas glorias locales, héroes del pueblo que han salido de la miseria gracias al boxeo. Dicky no era malo con los guantes, pero cayó en la droga y su carrera en el ring se vio truncada. Sin embargo, supo reconvertirse en el exitoso entrenador de su hermano, superando la adicción, la cárcel y otros problemas. Es conocido por el apodo de «The Pride of Lowell», y lo del «orgullo» viene de que es uno de los pocos que pueden presumir de haber tumbado al mítico campeón Sugar Ray Leonard, y quien no se lo crea que entre en YouTube y vea aquella gran pelea celebrada en 1978.
Su hermano Micky, al que apodan «The Irish» por su origen irlandés, es un campeón mundial del peso welter junior que empezó a combatir profesionalmente a mediados de los 80, que es cuando arranca la acción de la película. Su trayectoria es seguida hasta entrado el año 2000, cuando disputó el título con el británico Shea Neary. Ahí se detiene, siendo una pena que no se recoja su más que digna retirada tras disputar tres combates históricos con el canadiense Arturo Gatti entre 2003 y 2004. Son los que, gracias a la retransmisión en directo de la cadena HBO, han tenido una mayor repercusión mediática a lo largo de su vida profesional. El estilo boxeístico de Micky Ward es el de un fajador, capaz de resistir una lluvia de golpes antes de colocar en el cuerpo de su cansado adversario su famoso gancho de izquierda. Su actitud combativa ha sido inmortalizada por el grupo punk Dropkick Murphys en su canción «The Warrior´s Code», incluida en la banda sonora junto a muchas otras de las tres décadas anteriores.
El exceso de canciones adicionales ha sido, precisamente, la justificación que ha esgrimido la Academia de Hollywood para descalificar la música original de la competencia por los Óscar. La casi media hora de temas instrumentales compuestos por el canadiense Michael Brook y su característica «guitarra infinita», merecía acceder a la disputa por la estatuilla, en honor a su acusado grado de experimentación sonora, muy raro de encontrar en una producción comercial.
Wahlberg y Bale
El laborioso actor Mark Wahlberg se ha pasado los últimos cinco años entrenando para perfeccionar su técnica boxeística, con tal de reflejar con la mayor fidelidad posible en la pantalla el estilo de Micky Ward sobre el el cuadrilátero. Siempre ha estado al frente del proyecto como productor, pese a que hace seis años Martin Scorsese rechazara su oferta para dirigir «The Fighter». Fue inicialmente sustituido por Darren Aronofsky, director de «El luchador», quien pensó en Brad Pitt para el papel del entrenador Dicky Eklund. Cuando la estrella de Hollywood abandonó el barco Aronofsky, no quiso hundirse con él, por lo que Whalberg recurrió a su amigo David O. Russell, con el que ya había trabajado en «Tres reyes» y «Extrañas coincidencias». El nuevo y definitivo director estuvo encantado de tener al transformista Christian Bale para el papel de Dicky.
A Christian Bale le tocó una vez más adelgazar, como ya lo hizo en «El maquinista», para conseguir esta vez ser un peso welter. Además de ver el documental «High on Crack Street: Lost Lives in Lowell», sobre la adicción de su personaje, se hizo amigo del verdadero Dicky Eklund. A su lado aprendió de su manera de hablar y de moverse, a la vez que recorrió con él las casas del Lowell marginal, donde vivió la terrible experiencia del consumo de crack. Los amigos y conocidos de Dicky se asombran del realismo de su caracterización, hecha más allá de la simple imitación.
Dirección: David O. Russell.
Guión: Scott Silver, Paul Tamasy y Erich Johnson.
Productor: Mark Wahlberg.
Intérpretes: Mark Wahlberg, Christian Bale, Amy Adams, Melissa Leo, Jack McGee.
Fotografía: Hoyte Van Hoytema.
Música: Michael Brook.
País: EE.UU., 2010.
Duración: 115 minutos.
Género: Biopic.
David O. Russell consiguió en 1994 con su ópera prima «Spanking the Money» el Premio del Público en Sundance. Esto le permitió trabajar con los mejores repartos en sus siguientes «Flirteando con el desastre», «Tres reyes» y «Extrañas coincidencias». Su acceso a los Óscar con «The Fighter» le lleva a encadenar tres grandes proyectos seguidos. El primero es «Nailed», una prometedora sátira del sistema sanitario estadounidense. Además, tendrá a Anne Hathaway en el drama siquiátrico «The Silver Linings Playbook», y a Scartlett Johansson en la adaptación del videojuego «Uncharted: Drake's Fortune». M. I.