Hoy en día Pixar es la gran inversión de Disney, porque es el tipo de animación que el público actual quiere ver, y me refiero al público de todas las edades. Pero John Lasseter no sólo es responsable de su propia compañía, sino del departamento de animación de Disney. Está claro que su idea es ir renovando la imagen tradicional de los estudios de Burbank fundados por el tío Walt, por lo que se quiere desprender de los cuentos de hadas marca de la casa. Los flojos resultados en taquilla de «Tiana y el sapo» se debieron a que son muchos los espectadores, sobre todo niños, que no quieren ver más historias de princesitas. Así que el jefe Lasseter está dispuesto a terminar con ellas.

Esta disyuntiva ha hecho que «Enredados» sea la película más cara de Disney y, consecuentemente, la más cara de la historia de la animación mundial. Cuando John Lasseter entró en Disney, se encontró con una adaptación del cuento de los hermanos Grimm, «Rapunzel», hecha con toda la inocencia de los cuentos para niñas que adoran a las princesitas. Decidió entonces deshacerse de todo el material producido hasta entonces, para crear una nueva película libremente inspirada en el cuento original. Lo primero que hizo fue potenciar el personaje masculino, que no es un caballero andante porque se trata de un ladronzuelo, para que así la película tuviera más acción, con lo que el rebautizado Flynn Rider, en honor al actor del cine de aventuras, y su caballo, se convirtieron en los héroes de la función.

El que más ha sufrido con los cambios ha sido Alan Menken, compositor de la música y las canciones. Primero le pidieron que hiciera una banda sonora en la línea de sus viejos éxitos «La sirenita», «La Bella y la Bestia» o «Pocahontas»; pero después le exigieron que hiciera todo lo contrario. El resultado en el apartado sonoro es irregular y falto de convicción, algo que no se puede permitir una producción que ha costado entre 260 y 275 millones de dólares, aunque lo cierto es que los ha recuperado nada más estrenarse en EEUU.