OLASO
Señal
La última provocación de Barcina con su edecán Santamaría sólo puede entenderse como fruto del nerviosismo que empieza a cundir entre una clase política convencida de que las cosas no podían cambiar. La posibilidad de un cambio real que traslade la vida política y social en este territorio a su escenario natural les ha desquiciado y buscan la provocación para tratar de romper la estrategia de quienes han decidido acometerlo. Buena señal.