Al término de la consulta pública abierta por el Ministerio de Ecología francés sobre la introducción de una osa en el Pirineo bearnés, las posturas divergentes entre grupos ecologistas y sindicatos de agricultores y ganaderos han vuelto a aflorar.

Mientras los primeros han saludado la iniciativa para conservar la especie en la zona pirenaica, los segundos la han criticado porque la consideran inoportuna y peligrosa para sus actividades.

Ekologistak Martxan hacía pública ayer su participación en la consulta junto a grupos ecologistas de uno y otro lado del Pirineo, en la que han manifestado su «total apoyo al programa de reforzamiento de la población de osos» como «última esperanza para salvar los últimos genes» de la especie pirenaica.

Necesario y urgente

En ese sentido, destacan que la suelta de hembras es «una medida tan necesaria como urgente, constituyéndose en la única posibilidad para evitar la desaparición de este núcleo histórico y emblemático». Además, emplazan al Gobierno de Nafarroa a «colaborar en dicha reintroducción».

El pasado viernes, día en que finalizó el plazo de alegaciones, partidarios y oponentes se concentraron ante la prefectura de Pau. Cabe destacar que FDSEA y ELB se manifestaron juntos, algo inhabitual en la dinámica de estas centrales agrícolas que mantienen grandes divergencias, lo que ha generado ciertas críticas en especial hacia ELB.