Las tertulias televisivas del lunes siete de febrero del año dos mil once, tuvieron un monotema: la paloma de la esperanza tiroteada por baterías de francotiradores, tiradores de élite, escopeteros oportunistas y algunos que tiraban con arco, con escupitajos o con simples dardos alados. Algo espectacular. Incluso aquellos que defendían una neutralidad legalista, se veían acosados por la jauría de los que seguían un guión prohibicionista que solamente pueden señalar que se anda por un magnífico camino. Que están desbordados por la simple realidad, que no son capaces de asumir que alguien dé un paso, cambie de postura, se coloque en otro momento histórico y para ello deba aceptar unas leyes dudosas democráticamente, pero que son el marco en el que se debe jugar la siguiente parte del partido.

La aparición de Sortu, en las claves mostradas, ha provocado dudas. Se cumple con lo que se pedía, pero ahora ya no sirve. Ahora se debe ser puro, sin pecado original. Se exige a la nueva formación unas condiciones que no están en la ley de partidos, que son simples conceptos políticos de dudosa calidad democrática, pero que ellos mismos no cumplen. ¿Ha condenado explícitamente el PP el franquismo? Pues, no. Es más impide en cuanto puede que se recuerde aquellos años de desolación, dictadura, corrupción, muerte y falta de libertades. ¿Pone en sus estatutos que condena el régimen franquista?

No miremos más para atrás. Miremos en la televisión las variaciones de posturas. Los radicalismos que se irán acrecentando o simplemente acomodando a las circunstancias nuevas que se van a ir creando.

Podemos confirmar el nivel intelectual de algunas de las personas que ocupan tertulias de las cadenas azules que se manifestaron como un coro de Mayor Oreja y dijeron todo lo que se les ocurrió, como que Sortu es ETA, y claro está, ETA se mete el dedo en un ojo diciendo que está en contra de ETA. Están nerviosos, sacan sus más añejos tics autoritarios. Va a existir mucha presión a los jueces, mucha guerra sucia en los medios para impedir la normalización en Euskadi. La voluntad se debe consolidar frente a todos los problemas. ¿Por qué les da tanto miedo la paz y la libertad?