José Ramón Iriarte, Iván Escribano, Gojko Vucinic y, como gerente, Natasha Bergara llevan el timón de la Juventud Deportiva Arrate desde la semana pasada, cuando Iñaki Bolinaga, presidente de la entidad desde hace tres décadas, renunciaba al cargo en favor de esta Junta Gestora. Ayer oficializaron su puesta de largo, en la que destacaron que no «venimos a liquidar, sino a trabajar» y desgranaron sus prioridades ante la delicadísima situación que atraviesa el club albiazul.

Prioridad que nace desde la «voluntad» de corresponder al Arrate por lo «mucho que ha dado a Eibar» a lo largo de toda su historia. Lamentablemente, no será voluntad lo único que haga falta para sacar adelante el club. Una tarea en la que, según explicaba Iriarte -presidente asimismo del Debabarrena de fútbol sala-, esperan contar con la implicación de otros estamentos. Ya tienen el apoyo de Ayuntamiento y Diputación Foral -de momento «como soporte», precisaba Bergara-, así como de muchos «de los que han estado hasta ahora en el club, ya sea en las Juntas Directivas anteriores, en el organigrama deportivo... También del grupo «Amigos del Arrate» y por lo que estamos viendo creemos que se implicará aún más gente», confiaba Iriarte. De hecho, confía en que la Junta alcance la quincena de miembros en un par de semanas y también espera contar con la ayuda de padres -esta misma tarde mantendrán una reunión con ellos- de los muchísimos chavales que militan en las categorías inferiores del club.

Precisamente salvaguardar el balonmano de base es la prioridad a nivel deportivo. «Queremos salvar la estructura interna de equipos actual, que tenga continuidad», explicó Iriarte, aunque, evidentemente, también «tenemos interés en matener los equipos seniors».

En el caso del de Asobal es, además, el que más recursos puede generar, como reconocía Escribano, pero también el más costoso de mantener.

Las cuentas claras

El apartado económico es, lógicamente, el que más quebraderos de cabeza genera. La Junta ha dado un primer paso para solventar las urgencias. La semana pasada, con la ayuda de los «Amigos del Arrate» y de algunas empresas que han llegado a condonar su deuda, conseguían una pequeña partida de dinero que ha servido para, al menos, «atender lo más inmediato». Empezando por pagar parte de las fichas de jugadores y técnicos del primer equipo, con los que ya se están manteniendo reuniones personales para conocer su situación, en algunos casos delicadísima, al detalle. Lo malo es que las urgencias no acaban y, como reconocía Bergara, ahora mismo, aunque sea por problemas de tipo administrativo, ni siquiera tienen asegurado el dinero para pagar el próximo viaje a Barcelona. «Pero lo tendremos. Tenemos voluntad y confianza», subrayó.

El verdadero problema llega a a largo plazo, pero arranca en el presente. Porque pese a que la directiva anterior realizó un plan de viabilidad, los datos que maneja la Junta Gestora son insuficientes y poco claros. De ahí que tengan una agenda repleta de reuniones -principalmente con acreedores-, en las que intentarán esclarecer cuál es la verdadera situación del Arrate, empezando por conocer el montante exacto de su deuda. Esperan haber concluído esta labor en el plazo aproximado de un mes y después realizarán un nuevo plan de viabilidad. Será entonces, también, cuando se intente acudir a las instituciones en busca de una ayuda extra. «O con los sponsors. Si ahora nos pregunta alguno cuánto necesitamos, ni le podríamos contestar», admitía Iriarte.

Además de los ámbitos deportivo y económico, el organizativo también requerirá un esfuerzo. La Junta Gestora trabaja ya en la elaboración de los nuevos estatutos, algo a lo que está obligado el club, que deberán someterse a votación en una próxima Asamblea. Después tocará elegir Junta Directiva. Todo ello antes del doce de julio.

Mucho por hacer. De ahí que desde la Gestora se vuelva a invocar a la implicación de los eibarreses. A cambio prometen «trabajo, dedicación, compromiso y transparencia».