CRíTICA cine
«The Fighter»
Koldo LANDALUZE
En los últimos años, y salvo excepciones como “El luchador” de Darren Aranofsky o la magistral “Million Dollar Baby”, los dramas que se desenvuelven sobre un ring poco o nada han aportado a un subgénero que cuenta con listones tan difícilmente superables como la referencial “Toro salvaje”, de Martin Scorsese, o “Fat City”, de John Huston. A partir de estas películas, entre las cuales cabría incluir la clásica “Más dura será la caída”, esta modalidad de cine crudo y temperamental ha logrado subsistir gracias a una extrema explotación de clichés y arquetipos habitados por personajes perfectamente identificables.
Por ese motivo, la última película de David O. Russell aporta muy poco a la consabida fórmula de “Más golpes te da la vida” que encarna a la perfección Christian Bale; un actor camaleónico que no ha dudado en someterse a una nueva dieta «suicida» para lucir la apariencia de un ex boxeador sacudido por la droga y la necesidad de encontrar su lugar en el mundo pero, a poder ser, muy cerca de un cuadrilátero. En éste, su rol de hermanastro-mentor de una prometedora figura del boxeo, Bale saca a relucir su talento interpretativo y logra eclipsar por completo a un Mark Wahlberg que vuelve a hacer gala de su monocorde y pétreo sentido de la interpretación calzándose los guantes del púgil Micky Ward. Tal y como cabe esperar, lo más esperado de la función radica cuando suena la campana y los púgiles inician su diálogo de puños y la danza sobre el cuadrilátero acapara el interés de un espectador que, aquí también, se ve involucrado en una serie de combates muy bien coreografiados y filmados con pulso firme.
En cuanto la señal del K.O. indica el final de la danza, el tempo de la historia se vuelve reiterativo y salen a relucir las fisuras de una trama convencional pero resuelta con cierta brillantez narrativa. De entre las nominaciones a los Óscar a las que opta, merecen ser destacas las que se han ganado Christian Bale y una muy convincente Melissa Leo.
