LEGALIZACIÓN DE LA IZQUIERDA ABERTZALE
Apuesta por el Estado vasco, el socialismo y el feminismo
Sortu se define como una formación independentista y socialista, partidaria de la euskaldunización plena y con una apuesta nítida por el feminismo que recorre transversalmente todo el contenido de sus estatutos. La solidaridad internacionalista y antiimperialista y el impulso de la democracia participativa son otras de sus características ideológicas.
Iñaki IRIONDO | GASTEIZ
Independencia y socialismo. Las claves históricas de la izquierda abertzale vuelven a estar en el frontispicio de su nuevo partido político, Sortu. Junto a ellas, una apuesta indubitada por la superación de la desigualdad estructural entre hombres y mujeres. Maider Etxebarria, doctora en geología, es la secretaria general de la formación hasta su congreso constituyente, según el acta fundacional.
La primera de las bases ideológicas del partido es la lucha por la independencia, puesto que «la independencia es el único modo de asegurar el pleno desarrollo de Euskal Herria. Necesitamos de todos los instrumentos a nuestro alcance para poder desenvolvernos en todos los ámbitos sin límite alguno. Y eso sólo es posible actualmente por medio de la formación de un Estado. Un Estado que responde a las necesidades de su ciudadanía, estableciendo, desde nuestra soberanía relaciones de igualdad con otros estados, pueblos y naciones».
Sortu reivindica la «euskaldunización plena», porque -según se recoge en sus estatutos- «Euskal Herria es el territorio del euskara, necesitamos construir un país euskaldun conformado, eso sí, por una ciudadanía pluricultural y multilingüe». A su entender, es «a la ciudadanía vasca, a la que nos corresponde asegurar el desarrollo pleno de nuestra lengua, la lengua nacional».
Frente al «actual sistema capitalista, patriarcal y modelo neoliberal», Sortu quiere ofrecer «una visión alternativa de modelo económico, político y social creíble y sostenible con una mayoría social trabajadora como protagonista principal en el logro de una sociedad justa, igualitaria y progresista». Busca actualizar las estrategias de la izquierda para «la consecución de una sociedad liberada de las relaciones sociales de dominación». Intenta «construir un socialismo del Siglo XXI en las coordenadas políticas y económi- cas en que se sitúa nuestra nación».
Participación y poder popular
Para Sortu, la opresión que sufre la mujer es estructural y, por lo tanto, la lucha contra por la igualdad de derechos y oportunidades debe hacerse de forma integral. Entiende que «el patriarcado es inherente a la sociedad capitalista actual», y por ello, «perpetúa la relación jerárquica y de poder sobre las mujeres» y «la división sexual del trabajo, condenando a las mujeres a sufrir una situación de subsidiariedad en todos los ámbitos de la vida».
La «solidaridad internacionalista y antiimperialista entre los pueblos» va, para Sortu, «más allá de acciones de apoyo» y se concreta en «la lucha por un mundo mejor».
Para cerrar el apartado de sus bases ideológicas, los estatutos de Sortu recogen la «democracia participativa». Señalan que «es imprescindible dar poder a la sociedad» frente a un modelo actual que genera «delegacionismo, corrupción, clientelismo y un progresivo deterioro de la credibilidad democrática de las instituciones». Propone un «proyecto que vehiculice la conformación de un poder popular mediante la participación social real en las decisiones políticas, económicas y sociales».
Ya no hay tema social o político, que escape a las redes sociales. Twitter en español es un exponente de ello estos días. La presentación del nuevo partido el pasado lunes desató de inmediato el intercambio de mensajes de miles de usuarios, que se concitaron bajo la etiqueta -o tag, en lenguaje del medio- #BatasunaRequisitos. Desde entonces, no ha parado de recibir miles de sugerencias de ciudadanos anónimos sobre las hipotéticas condiciones que debería cumplir la nueva formación para ser legalizada.
Lejos de la hostilidad de los grandes partidos o el trazo grueso con que muchos emisores de opinión españoles han reaccionado, la red de ciudadanos de a pie se ha destacado, ante todo, por mostrar un notable nivel de ingenio y humor. Y aunque no se pueda detectar el origen geográfico del emisor, se intuye entre los mensajes tanto la mordacidad vasca como el -más numeroso- gracejo hispano, además de la naturalidad con que la mayor parte de los usuarios de la red han desdramatizado lo que otros profesionales pretenden entorpecer. El martes por la tarde, la etiqueta en cuestión fue la palabra clave más usada.
Así, entre las condiciones hipotéticamente exigibles a Sortu para su legalización, han constado algunas como «condenar (que no rechazar) el uso de ropa de montaña cuando no vas a la montaña» o «que se disuelva la Oreja de Van Gogh», sin obviar «que todos los pueblos que terminen en ETA acaben en "Del Rey" a excepción de Anoeta», «que los de la cale barroca (sic) lleven bufandas de Burberry en lugar de pañuelos palestinos», «que Fermín Muguruza represente a España el próximo festival de Eurovisión» y «que al Impuesto Revolucionario lo pasen a llamar Comisión de Mantenimiento de Cuenta».
Para otros es suficiente con «que cuando busques «Batasuna» en Google aparezca la opción «Voy a tener Sortu», «que demuestren su rechazo a la violencia cambiando Donostia por Señorbesito» o «que digan claramente que Cristiano es mejor que Messi». También ha habido quien ha propuesto «que dejen de llamarle lehendakari y le llamen Papichulo, que es más sencillo» o que «a partir de ahora los zampanzar (sic) deberán sustituir el cencerro trasero por un iPod nano con 2 altavoces dolby surround».
Y todo eso para que más de uno se esté «partiendo de risa» o se congratule de su «retranca española», porque «ya nos dará por lo trascendental otro día». F.M.
«La izquierda abertzale cumple las condiciones para ser legal. Esto es irreversible. Ya no hay marcha atrás», afirma Jesús Eguiguren en una entrevista que publicaba ayer ``El Correo». En ella añadía que, el lunes, cuando se presentaron los estatutos, «fue el primer día de paz en Euskadi".
El presidente del PSE apunta que «la primavera que siempre se ha esperado en el País Vasco ha llegado» y señala que «ahora hay que cerrar heridas y no será fácil. Llegará el día en el que deban reconocer el daño causado».
En la entrevista habla dolido de que en ocasiones ha sido tratado como un loco por ir anunciando movimientos políticos que luego se han producido. Considera que el PP está actuando con «irresponsabilidad» al negarse a asumir los cambios evidentes.
De su relación con el ministro de Interior dice que es «la de un guipuzcoano ingenuo al que vende motos. Pero le aprecio, le considero una buena persona y un gran político. La verdad es que no le suelo consultar lo que hago porque siempre me dice que no». GARA
El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, afirmó tras la presentación de los estatutos de la nueva formación de la izquierda abertzale, que «sólo cabe legalizar» a este partido y ha asegurado que, con la reflexión política que ha realizado este colectivo, es «absolutamente imposible la vuelta de ETA».
En declaraciones a Europa Press, señaló que lo que está «en juicio» es el derecho a la participación política y «una reflexión estrictamente democrática». «No es que lo digan sus estatutos, que lo dicen, sino que sus máximos responsables dicen que eso es absolutamente incompatible con cualquier práctica de violencia», añadió
Txiki Muñoz quiso felicitar en nombre de ELA a las personas que han liderado este proceso en la izquierda abertzale, porque «no es fácil hacer lo que se ha hecho para llegar a este punto». Añadió que «nos acordamos de una persona que está en la cárcel, Arnaldo Otegi, que no hay razón para que esté donde está y reclamamos que salga cuanto antes para que se dedique a la actividad política como se dedica cualquier persona en una sociedad normal y democrática».
Tras estas consideraciones, hizo una petición expresa de legalización de Sortu, porque «en un Estado de Derecho, el Derecho lo determina la ley, cuando se cumple la ley, el derecho va con ello y nos preocupa mucho que hace pocos días el ministro de Justicia, que estuvo en Bilbo, dijera que no es suficiente con que se cumpla la ley. Eso es muy fuerte porque eso tiene más parecido con una república bananera que con un Estado de Derecho», aseveró.
En relación a la postura del Estado, Muñoz ha mostrado su «prevención» porque habrá que ver «si la agenda en relación a este proceso de legalización la va a coger un gobierno democrático que aplique inteligencia política o se va a dejar en manos de la víscera y de la derechona española, que ya vemos qué es lo que quiere».
El dirigente de ELA asegura que tienen «miedo» a que «esa derechona que marca agenda, que ya ha hecho una manifestación este sábado pasado en Madrid con asistencia de gente del PP, se lleve tras de sí a la derecha política y al pacto Estado».
«Si se lleva tras de sí al Pacto de Estado, hay un problema. Tarde o temprano las cosas se van a tener que remover para que, aunque sea ésa la foto, esto acabe con la normalidad política que conlleva la legalización de un partido que cumple la ley», manifestó.
El dirigente sindical cree que hay gente que «no quiere que esto se solucione» y que «le es muy rentable, como argumento recurrente, la violencia y lo que la violencia conlleva para que no se hable de otras cosas o para condicionar otras agendas políticas».
Adolfo Muñoz indicó que el Estado tiene «en su mano poder hacer cosas» para que todo vaya «por el buen camino» y, citó como ejemplo la política penitenciaria y la legalización de la izquierda abertzale. «Evidentemente, en el futuro inmediato se tienen que dar pasos en esa dirección», concluyó.
Por su parte, Alternatiba hizo público ayer que el nacimiento de Sortu es «una buena noticia para la normalización de Euskal Herria» y pidió que «no se pongan zancadillas a la paz». Según su portavoz, Oskar Matute, «es hora de arrinconar la injusta Ley de Partidos y restaurar los derechos civiles y políticos que se han hurtado en este país». GARA
