Joseph Westphal, el segundo civil de mayor rango en el Ejército de EEUU, dijo que uno de los flancos estratégicos más preocupantes para su país, más allá de las guerras en Irak y Afganistán, es América Latina y particularmente México. «Como todos saben, hay una forma de insurgencia en México con los cárteles, que está justo sobre nuestra frontera. No se trata sólo de drogas e inmigrantes ilegales. Esto es, potencialmente, una toma de un gobierno por individuos que son corruptos», afirmó.

En un foro sobre asuntos de seguridad en la Universidad de Utah, el subsecretario señaló que aunque estaba expresando una opinión personal en torno a la situación en México la había compartido ésta con la Casa Blanca. Agregó que no deseaba ver una situación en donde soldados estadounidenses fueran enviados a combatir una insurgencia «sobre nuestra frontera... o tener que enviarlos a cruzar esa frontera» hacia México.

Sin embargo, horas más tarde, después de que la noticia circulara y periodistas preguntaran al Pentágono, Westphal difundió una nota en la que afirmaba que fue «impreciso» y que sus palabras no representaban la posición oficial estadounidense.

«Mi declaración... erróneamente caracterizó al desafío presentado por los cárteles de la droga en México como una forma de insurgencia. Mis comentarios no fueron y nunca han sido la política del Departamento de Defensa o del Gobierno de EEUU hacia América Latina».

«No hablé en nombre del presidente, del asesor de seguridad nacional, del secretario de Defensa o de cualquier otro funcionario encargado de establecer y articular la política de Washington. Lamento que mis declaraciones imprecisas pudieran haber causado preocupación entre nuestros socios y amigos en la región, especialmente México», indicó.

Seguridad nacional de EEUU

No es la primera vez que un alto funcionario de la Administración Obama emplea el término «insurgencia» para referirse a la situación en México, ni tampoco la primera en que es rápidamente desmentido.

En setiembre del año pasado, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, comentó que los cárteles de la droga se estaban volviendo una amenaza semejante a una «insurgencia» en México, que controlan ciertos territorios y que el país se parece cada vez más a la Colombia de hace 20 años y, por tanto, se requiere algo equivalente al Plan Colombia (que incluyó el envío de militares estadounidenses) para enfrentarlo. Al día siguiente, el presidente Barack Obama y otros funcionarios matizaron las declaraciones de Clinton.

Anteriormente, un informe sobre asuntos estratégicos a largo plazo del Departamento de Defensa, publicado en 2008, desató un debate bilateral sobre si México podría convertirse en un «Estado fallido». En él se alertaba de que «un México inestable» a causa del creciente asalto de los cárteles al Gobierno representaría un problema de seguridad nacional de «proporciones inmensas» para EEUU que demandaría «una respuesta estadounidense».

Recientemente, otro informe del centro de investigaciones del Congreso sugería que los cárteles mexicanos «podrían ser similares a insurgentes intentando infiltrar al Estado, al penetrar el Gobierno y la Policía».

Por eso, cada vez es más difícil saber cuál es la verdadera posición «oficial» de Washington respecto al asunto de la seguridad en México.