Hay dos aspectos de la labor seguida por James Cameron en los últimos años que quedan reflejados en «Sanctum». De un lado, está su colaboración con el productor australiano Andrew Wight en los documentales submarinos realizados para el gigantesco formato IMAX. Por otra parte, no deja de ser un nuevo espaldarazo a su experimentación con las cámaras estereoscópicas en sistema 3D.

Sin embargo, el argumento de la película pertenece por entero a su socio de las Antípodas, ya que se basa en una aventura de supervivencia que vivió en 1988 explorando unas cuevas bajo la llanura de Nullarbor. En la ficción se supone que esas cavidades subterráneas siguen estando en Australia, aunque responden al imaginario nombre de Esa'ala. El guión definitivo lo escribe Andrew Wight junto al instructor de submarinismo John Garvin, quien además debía preparar a los miembros del reparto para las arriesgadas inmersiones.

La situación límite a recrear gira en torno a un accidente inesperado, debido a que una tormenta provoca un desprendimiento de rocas que tapona la entrada a las cuevas, obligando a los expedicionarios a buscar una salida alternativa. Muchas de las galerías quedan inundadas, así que los supervivientes no tendrán otro remedio que bucear para poder encontrar una vía de escape. Muchos de ellos son espeleólogos sin formación en submarinismo, lo que acarreará no pocas dificultades y tensiones dentro del grupo.

En el episodio de la vida real no hubo que lamentar víctimas, pero en la película el entramado de galerías no registradas en ningún mapa termina convirtiéndose en una trampa mortal. Los enfrentamientos van surgiendo de la división existente entre el jefe de la expedición y su hijo, así como de la que mantiene aquel con el millonario que financia la expedición.

«Sanctum» es el segundo largometraje del prometedor cineasta australiano Alister Grierson, de quien en nuestro mercado del DVD se editó su anterior realización bélica «Kokoda», bajo el título de «Kokoda: Batallón 39».