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En los Estados Unidos el cine social e independiente es cosa de mujeres

«Winter's Bone»

El cine independiente comprometido socialmente y hecho por mujeres se ha colado en los Óscar con las cuatro nominaciones conseguidas por el segundo largometraje de la realizadora Debra Granik, gracias al impulso recibido en el Festival de Sundance mediante el Gran Premio del Jurado y el de Mejor Guión. Pero la que más reconocimientos acumula es la actriz Jennifer Lawrence, que se ha convertido en la mayor revelación de una película llena de autenticidad.

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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

Cada vez sorprende menos que el cine independiente se cuele en los Óscar, pero a menudo esa incursión en Hollywood se debe a una vocación decididamente comercial, como sucedía con «Precious», por poner un ejemplo reciente. Pero el verdadero precedente que hay que tener muy en cuenta lo sentó en la pasada edición Kathryn Bigelow, al triunfar con «En territorio hostil» y convertirse en la primera mujer realizadora en hacerse con el Óscar. Lo logró por méritos propios y puramente artísticos, puesto que su película no había funcionado en taquilla.

Supuso un paso adelante para las mujeres que no realizan un cine complaciente, sino que prefieren hablar de realidades duras que nada tienen que ver con el mero espectáculo de evasión. Las cuatro nominaciones de este año para «Winter's Bone» confirman una tendencia respaldada por el Festival de Sundance, del que también salieron antes Courtney Hunt, con «Frozen River», y Kelly Reichardt, con «Wendy and Lucy». Ambas cineastas, junto con Debra Granik, conforman una avanzadilla dentro del cine hecho por mujeres más agresiva. Ya no se quedan en retratos femeninos intimistas, apostando fuerte por la temática social más descarnada. Las tres hablan de mujeres jóvenes obligadas a sobrevivir en ambientes marginales.

Debra Granik está nominada personalmente al Óscar en la categoría de Mejor Guión Adaptado, compartiendo dicho honor con su colaboradora Anne Rossellini. Entre las dos han adaptado la novela homónima de Daniel Woodrell, la cual cede el protagonismo absoluto a una menor de edad que debe hacerse cargo de su familia en una situación desesperada. Es por ello que esta nominación conecta directamente con la de Mejor Actriz para Jennifer Lawrence, quien cuenta con mayores posibilidades y se ha convertido en la gran revelación del año.

Es curioso que «Winter's Bone» coincida en la cartelera con «Valor de ley», la adaptación que han hecho los hermanos Coen de una novela de Charles Portis, considerado como el primer escritor que acabó con el monopolio de los hombres en el western, cediendo el relevo del protagonismo a una menor que quiere vengarse de quienes mataron a su padre.

Dicho esquema argumental aparece actualizado en «Winter's Bone» por un renovador del género como Daniel Woodrell, considerado a su vez el fundador del country noir, por la fusión entre western y novela negra. La muchacha que presenta como heroína se enfrenta a las mafias locales, con la dificultad añadida de que en el medio rural más profundo la presencia policial brilla por su ausencia.

Las montañas Ozark

De Daniel Woodrell conocíamos en el cine la adaptación que Ang Lee hizo de su segunda novela publicada en los 80, retitulándola «Cabalga con el diablo». La acción transcurría durante la Guerra de Secesión, por lo que reflejaba la transformación de los personajes bajo el impacto bélico. «Winter's Bone» lleva a la pantalla su octava y más reciente novela, ambientada en el tiempo presente, por lo que cambia completamente de escenarios.

«Winter's Bone» es una historia contemporánea íntegramente localizada en las Montañas Ozark, que es la zona de Missouri en la que vive hoy en día Daniel Woodrell. La descripción de esa zona rural es muy precisa, hasta el punto de que la realizadora Debra Granik la ha hecho suya, convirtiéndola en la razón de ser de su versión cinematográfica.

Los agrestes paisajes de los Ozark son los que hacen de «Winter's Bone» una película única y diferente a cualquier otra vista antes. La descripción de esos lugares casi deshabitados propicia una fotografía naturalista, en paralelo a una banda sonora en la que los ruidos de los animales se superponen a la música compuesta e interpretada, principalmente al violín, por Dickon Hinchliffe. De este modo no se pierde la perspectiva de las tomas de sonido directo, que son las que dan el tono verista a una narración que avanza al ritmo atemporal de ese entorno salvaje.

Basura blanca

Los Ozark condicionan la manera de ser de sus habitantes, a la vez que les obligan a desarrollar un instinto innato de supervivencia. Poco importa que la chica a la que da vida Jennifer Lawrence apenas tenga 17 años de edad porque, llegado el momento de hacerse cargo de sus hermanos pequeños y de una madre en estado catatónico, no dudará en asumir la responsabilidad sin miramientos. Una decisión que implica enfrentarse a la mafia local, con la que su padre desaparecido tenía cuentas pendientes. La ausencia paterna les puede costar el ser deshauciados y quedarse sin la casa familiar. En el fondo del problema está la actividad ilegal a la que se dedican los montañeses, reconvertidos en cocineros de crack lo mismo que en tiempos de la Ley Seca se dedicaban a destilar whiskey.

La protagonista y su familia viven en unas condiciones tan duras como poco higiénicas. Esa suciedad es la que va asociada al término white trash, con el que en EEUU se define a los blancos marginales. Visten ropas deportivas similares a las que se usan en la ciudad, o utilizan teléfonos móviles como cualquier urbanita, pero su aspecto se asemeja más al de los vecinos de los barrios suburbiales menos favorecidos.

No dejan de ser una prolongación rural de los personajes que Debra Granik ha retratado antes en el medio urbano. Ya estaban presentes en su cortometraje de 1998 «Snake Feed», con el que obtuvo su primer reconocimiento en Sundance. Y, mucho más aún, en su ópera prima «Down to the Bone», realizada seis años después.

La hoy encumbrada Vera Farmiga encarnaba en aquel primer largometraje a un ama de casa enganchada a la cocaína, y que intentaba conciliar las tareas domésticas con su adicción. La caracterización era tan fuerte, que sirvió para dar a conocer a la actriz, que no ha parado de trabajar desde entonces. Un recorrido parecido puede ser el que le espere a Jennifer Lawrence, cuya asilvestrada interpretación le va a abrir las puertas de Hollywood.

Son sendos hallazgos que colocan a Debra Granik en una privilegiada posición de descubridoras de actrices a partir de su condición de guionista. La cuestión es saber si luego otros serán capaces de seguir escribiendo para ellas personajes con tanta fuerza o tan auténticamente marginales.

Con música de Dickon Hinchliffe

Dickon Hinchliffe lleva dos décadas formando parte esencial del grupo británico Tindersticks. Y con ellos se inició en la música para cine, cuando compusieron en 1996 para la cineasta francesa Claire Denis la banda sonora de la película «Nénette et Boni». El resultado fue tan brillante, que volvieron a colaborar con ella en «Trouble Every Day», cinta polémica sobre el amor y la antropofagia. El tercer trabajo con Claire Denis lo firmó ya Dickon Hinchliffe en solitario, desarrollando un bucle sonoro para la onírica «Vendredi soir».

El cine británico comercial le reclama en la comedia «Secretos de familia», a la que siguen el enredo de «El juego del matrimonio» y el romanticismo de «Nunca es tarde para enamorarse». Sus partituras más recientes han sido para la BBC, empezando por la segunda entrega de la adaptación televisiva de la novela negra de David Peace «Red Riding». En «Lennon Naked» ha tenido oportunidad de acercarse a la música de los Beatles, dentro de un biopic protagonizado por Christopher Eccleston (John Lennon) y Naoko Mori (Yoko Ono). M.I.

ÚNICA Y DIFERENTE

Los agrestes paisajes de los Ozark son los que hacen de «Winter's Bone» una película única y diferente. La descripción de esos lugares casi deshabitados propicia una fotografía naturalista, en paralelo a una banda sonora en la que los ruidos de los animales se superponen a la música compuesta e interpretada por Dickon Hinchliffe.

Estreno

Dirección: Debra Granik.

Guión: Debra Granik y Anne Rossellini, sobre una novela de Daniel Woodrell.

Intérpretes: Jennifer Lawrence, John Hawkes.

País: EE.UU., 2010.

Duración: 99 minutos.

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