Entre las primeras reacciones a la presentación del nuevo partido de la izquierda abertzale me llamó la atención que tanto Patxi López como Alfredo Pérez Rubalcaba aludieran a la sociedad vasca para decir todo lo contrario de lo que ésta expresa cada vez que le preguntan. Dijeron el omnipotente ministro y su recadero autonómico que los vascos no se fían de la izquierda abertzale y que por tanto hay que seguir poniéndole trabas y condiciones, cuando sus propias encuestas cifran en no menos del 70% el nivel de apoyo a la legalización. Eso, antes del lunes.

Cuando apelan a la sociedad vasca transmiten la misma sensación que la S y la O de las siglas de su partido. Vamos, que no se creen lo que dicen. En todo caso, el nacionalismo español nunca se ha caracterizado por su apego a la voluntad popular, y me temo que dentro de poco estaremos, una vez más, esperando sentencias a altas horas de la noche. Es curioso ver cómo el autor del hit «o votos o bombas» anda ahora cerrando las urnas con silicona.

Lo cierto es que el Estado español ansía una victoria sobre el independentismo vasco, y el partido que lo gestiona tiene además sus propios intereses electorales. Por este motivo va a seguir forzando la máquina para intentar entorpecer el proceso. Y lo hará buscando el aplauso de la opinión pública (y publicada) española, pero de espaldas a lo que demanda la sociedad vasca. La izquierda abertzale, sin embargo, y aunque resulte paradójico, no tiene esas urgencias, y tampoco la necesidad de ver derrotado a nadie. Su objetivo es llevar a Euskal Herria a un escenario democrático, primero, y a constituir su propio Estado, después. En ese camino sabe que le es imprescindible lograr la adhesión y la complicidad de la mayoría de la sociedad vasca. Y, precisamente, la actitud que está manteniendo la tropa de Rubalcaba hace que cada vez más vascos no quieran saber nada de una España que perciben profundamente antidemocrática y se acerquen a las posiciones políticas independentistas. Algunos se están empecinando en ganar a pequeña y van a perder la partida.