La desaparición de la guadaña de los caseríos y su conversión en una herramienta de uso exclusivamente deportivo, ha modificado la situación y las características de los segadores. Así, muchos de los `segalaris' actuales han crecido en un entorno urbano, y no en un entorno rural. Por lo tanto, han pasado de aprender a usar la guadaña en su propia casa a hacerlo fuera, y de tener una experiencia de diez años cuando se inician en competición a tenerla de uno o dos años.

Ésta es una de las conclusiones a las que ha llegado el irundarra Xabier Etxepare, profesor de Educación Física, en su tesis doctoral que ha presentado en la UPV-EHU, titulada ``Segalaritzaren bilakaera 1955etik 2005era Gipuzkoan: orduko eta gaurko segalariak''.

Ha estudiado, a través de entrevistas y revisión de actas de pruebas, la era moderna de las competiciones de segadores con el propósito de recopilar datos y evitar su pérdida, ya que opina que esta modalidad está en peligro de extinción. Por esta razón, en su tesis, Etxepare ha grabado dos DVD: uno sobre la correcta colocación de la guadaña, y otro sobre cómo afilarla con propiedad. Y es que, otra de sus conclusiones es que los jóvenes segadores de hoy en día no son demasiado hábiles en labores de afilado y picado, y que, aunque por ahora se le ha buscado una solución al problema al poner en cada competición a una persona que se encargue de hacer labores de afilador para todos los competidores, recalca que estos expertos tienen una edad avanzada, y que no hay relevo para ellos.

Lo mismo ocurre con la correcta colocación de la guadaña, ya que en la actualidad solo hay una persona que se ocupe de esta tarea en las competiciones. Asimismo, en la tesis se mencionan algunas otras carencias, como, por ejemplo, la falta de prados de entrenamiento, las dificultades para reunir a un equipo adecuado, la escasez de pruebas y la gran diferencia entre competidores.