Hace pocos días se publicó una carta redactada por mí en esta misma sección cuyo título era «Neocolonialismo con la Torre de Sebas». En dicha carta se criticaba que se hubiera bautizado una montaña con ese nombre, e iba apoyada por otras 17 firmas.

Después se me ha hecho ver que lo que en principio me podía parecer obvio, que la carta iba dirigida a Sebastián Álvaro, podía no serlo tanto y estar extendiendo la critica a las personas que realizaron la ascensión.

Releyendo el texto, observo que ciertamente puede parecer que se está enviando una crítica a personas que no eran destinatarias de la misma. Más aún, en las conversaciones que mantuve con muchos de los firmantes, lo que se criticaba era el hecho de que una persona fuese capaz de ponerle su nombre a un monte.

Si había alguna segunda intención en el texto, más allá de lo meramente ético y cultural, era tratar de evitar que las primeras ascensionistas de una montaña (para la cual ellas no idearon dicho nombre) pasasen a las wikipedias del futuro con el sambenito de haber etiquetado una montaña en el siglo XXI con un nombre del siglo XIX.