Enrique López Fernández | Gasteiz
A Ramón Zallo
Aprecio tus reflexiones, suelen aportar una gran clarificación de ideas, pero todo discurso admite matizaciones y, después de disfrutar tu artículo de opinión sobre Sortu, como complemento, me ha surgido una frase: si mi abuela tuviera testículos, sería mi abuelo. Me explico. Cuando haces referencia a que no cabe la amnesia y apuntas que desde 1977 no hay dictadura, parece que tu reconocimiento hecho a la labor de la izquierda abertzale se empaña para ponerle de nuevo deberes. Es evidente que todos tenemos asignaturas pendientes, pero es necesario contextualizar. En Alemania se ajustició a los nazis, en Italia a los fascistas de Musolini, en España, Franco murió en la cama, se honró su figura, se nombró al actual monarca, y fijándonos en lo que se le demanda a Fraga o a Mayor Oreja, no sólo contrasta con esos casos europeos, sino con movimientos actuales, como lo que ocurre en Egipto.
El esfuerzo de la izquierda abertzale tiene el mérito añadido de haberlo hecho en ese contexto, donde el pueblo español no sólo tiene una asignatura pendiente con la justicia, la democracia y la libertad, sino que esas carencias han sido origen de muchos tipos de respuesta no deseadas.