Al término de la exposición pública del proyecto de la planta de tratamiento de residuos urbanos Canopia, la oposición al proyecto se ha evidenciado con más fuerza, incluso, entre los electos bayoneses. De hecho, fue el tema central de la reunión del Pleno municipal del pasado jueves, día en que finalizaba el plazo de alegaciones.

Mientras los concejales debatían sobre la inconveniencia o las ventajas del propio sistema (selección mecánica, reciclaje y valorización orgánica y energética) y, sobre todo, del lugar elegido para la instalación de la planta (zona de Batz, al norte de Baiona), una cincuentena de personas de la asociación ADECH manifestaban en la plaza del consistorio su oposición al proyecto.

El sindicato Bil ta Garbi encargado de la gestión de los residuos urbanos de prácticamente toda Ipar Euskal Herria y promotor del proyecto sigue afirmando, por boca de su presidente, el consejero general Alain Iriart que el proyecto será «modélico. La elección de Urbaser para construir y gestionar Canopia también ha sido criticada porque, según ADECH, varias plantas construidas por el grupo español en el Estado francés «han tenido problemas importantes».