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Amparo LASHERAS Periodista

Somos parte de él

El 13 de febrero de 1981 estaba en Madrid. Llegué por la mañana temprano y a la tarde debía de regresar a Euskal Herria con el abogado Iñaki Esnaola que había acudido a los juzgados porque ese día, y después de nueve de incomunicación, estaba previsto que el militante de ETA Joxeba Arregi prestase declaración ante el juez. Llegué a la estación con media hora de antelación y esperé. Minutos después miré al reloj de Chamartín y me levanté extrañada de que Esnaola no hubiera llegado. En el andén, el empleado de Renfe se disponía a dar la señal de salida. Esnaola seguía sin aparecer y me impacienté. Entonces no había móviles con los que comunicarse y, aunque preocupada, no tuve más opción que buscar mi asiento y volver sola a Euskal Herria. Cuando llegué a Gasteiz era más de media noche. Estaba cansada y seguía preocupada. Al descender vi un grupo de gente y, entre ellos, distinguí algunos de mis compañeros, miembros de las Gestoras pro-Amnistía. Me preocupé aún más. Corrieron hacia mí. «Han asesinado a Joxeba Arregi en la Dirección General de Seguridad. ¿Iñaki te ha contado algo?». No, Iñaki se había quedado en Madrid y ahora sabía por qué. Luego aparecieron las terribles fotos de su cuerpo destrozado, la indignación, la rabia, el dolor... Treinta años después y en una realidad donde todavía se tortura salvajemente, su recuerdo se hace grande y espera un tiempo nuevo, escrito en su nombre y en su historia. Aquel 13 de febrero está en mi vida y en la de este pueblo. Somos parte de él y él es parte de nosotros. Deseo el futuro, pero no quiero olvidar ni romper el pasado.