Crónica | Nuevo centro vasco de transfusiones
Osakidetza mejora su circulación sanguínea
La población vasca lidera no sólo las estadísticas de donación de órganos o sangre, sino que cuenta también con equipamientos de referencia, como el inaugurado centro vasco de transfusiones y tejidos humanos. Más espacio y modernas instalaciones que centralizan en Galdakao el sistema circulatorio de la red sanitaria de Osakidetza.
Joseba VIVANCO
Santi Presa apura un café, después de hora y media semitumbado para una plaquetaféresis. «Aquí, reponiendo fuerzas, y luego para casa», responde este vecino de Mungia, de 40 años, que cada tres meses, desde hace dos años, acude a donar plaquetas, tras dos décadas como donante de sangre. Unos metros más allá, Pedro María García, que viene de Areeta, se somete a la misma técnica de extracción, mientras ojea un periódico deportivo. Estamos en la sala de procesamiento de componentes sanguíneos del modernizado y ampliado Centro Vasco de Trasplantes y Tejidos, que ayer recibió al lehendakari, Patxi López, para inaugurar unas instalaciones que llevan funcionando ya algunos meses.
Desde el corazón de la CAV, desde el hospital de Galdakao, se bombea sangre a todos los centros hospitalarios de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, además de suministrar tejidos humanos como médula ósea, cordón umbilical, piel, córneas... 24 horas al día durante 365 días al año, así funciona este centro, toda vez que el proceso de tratamiento de la sangre donada debe realizarse en las primeras 18 horas. Al día siguiente, los componentes de esa sangre están listos para ser utilizados en alguna intervención médica.
Un aurresku de honor y el descubrimiento de una sencilla placa recordatoria sirvieron al lehendakari para inaugurar estas dependencias que han sido ampliadas en 2.400 metros cuadrados y dotadas de un avanzado equipamiento. Si primero se mostró el espacio destinado a la donación, la siguiente visita fue al área donde se separan los diferentes componentes sanguíneos. Allí, Arantxa y Verónica se encargaban ayer de centrifugar y separar en plaquetas y hematíes la sangre que les llegaba. Cientos de bolsas con el preciado `oro' rojo pasan cada día por manos como las suyas. La CAV cuenta con 60.000 donantes y requiere de unos 7.500 nuevos cada año, porque como se encargó de recordar el consejero de Sanidad, Ramón Bengoa, el envejecimiento poblacional afecta, y mucho, a la donación.
Los besos del lehendakari
Del tratamiento de la sangre a la zona de laboratorio para su análisis, donde López y Bengoa siguieron las explicaciones de los responsables del centro. Luego, rápida visita a los tanques donde los tejidos humanos donados -todos ellos recogidos en un registro internacional- se conservan a 180 grados bajo cero. Y de ahí, a la planta de biología molecular, que alberga también el Biobanco vasco de investigación. Allí, antes de las palabras finales, Patxi López aprovechó para saltarse el `protocolo' y repartir un par de besos a dos miembros femeninos del personal. «Nos ha dado un beso el lehendakari», susurraba una ufana Mariluz a otras compañeras, justo cuando arrancaban los discursos.
El director gerente, Roberto Ibarretxe, tomó la palabra para referirse a las «personas valiosísimas que componen este centro», hablar de «instalaciones emblemáticas» y agradecer la labor de las tres asociaciones territoriales de donantes de sangre, especialmente a «Paco, Álvaro y Sabin». E hizo mención especial a su antecesor, el doctor Miguel Ángel Vesga, el cual «tuvo este sueño hace 25 años». El aludido recordó que dos millones de personas han donado su sangre durante todos estos años, no olvidó que ha sido el trabajo de mucha gente y no pudo contener las lágrimas tras su «gracias» final.
El consejero Bengoa les dijo que «indirectamente habéis salvado muchas vidas en Euskadi» e insistió en la necesidad de sumar nuevos donantes, porque 50.000 personas reciben cada año una transfusión y 1.500 algún tipo de tejido humano en los hospitales de Osakidetza.