El controvertido transporte de cinco contenedores de residuos nucleares partió la madrugada de ayer desde la antigua planta de reciclado de Karlsruhe (WAK), en el suroeste de Alemania, hacia el depósito de basura atómica de Lubmin, en el noreste, después de que la Policía se afanara en despejar la vía para ello.

Un portavoz policial citado por Efe informó ayer de que los 310 activistas antinucleares que bloqueaban la vía ante la WAK con una sentada masiva fueron detenidos de manera provisional y añadió que contra diez de ellos se han presentado cargos por resistencia a la autoridad.

Está previsto que el convoy alcance su destino a lo largo del día de hoy, aunque ayer no se descartaba que los activistas volvieran a obstaculizar el el viaje.

Durante la intervención policial la madrugada de ayer para despejar la vía de los manifestantes que protagonizaron la sentada se produjeron algunos enfrentamientos y escarceos, en los que un agente sufrió una conmoción cerebral por un golpe, siempre según fuentes oficiales.

El convoy lleva a bordo cinco contenedores Castor con 140 cajones de acero especial que contienen 60.000 litros de residuos nucleares líquidos, lo que los ecologistas llaman «sopa nuclear».

Dichos residuos proceden todos de la planta de Karlsruhe, donde entre 1971 y 1990, se reciclaron 207 toneladas de combustible atómico y, tras cuyo cierre, está siendo liberada de material nuclear en un proceso gradual de limpieza.