La Libia de Al-Gadhafi no puede evitar las manifestaciones opositoras
La ciudad de Bengasi fue el escenario en el que se enfrentaron opositores al líder libio Muamar Al-Gadhafi y fuerzas de seguridad. La hermética Libia se suma por tanto a los países en los que se han registrado movilizaciones en demanda de libertades y justicia social.
GARA | TRÍPOLI
La Policía libia dispersó por la fuerza en la noche del martes al miércoles una sentada contra el poder en Bengasi, provocando 38 heridos, tras lo que se produjeron manifestaciones a favor del dirigente del país, Muamar Al-Gadhafi, en varias ciudades.
Un total de 38 personas resultaron heridas en enfrentamientos en Bengasi, segunda ciudad del país, a mil kilómetros al este de Trípoli, entre manifestantes y fuerzas de seguridad, según el director del hospital Al-Jala de Bengasi, Abdelkarim Gebaili.
Según una fuente libia bien informada, las autoridades comenzaron ayer una «campaña de detenciones» en Bengasi, bastión de los opositores al régimen, sin que pudiera dar más detalles.
En una primera reacción, la Unión Europea instó a Trípoli a permitir la libertad de expresión y a evitar cualquier violencia.
«Llamamos a las autoridades a escuchar a toda la gente que participa en las protestas y lo que dice la sociedad civil y a permitir la libertad de expresión», subrayó Maja Kocijancik, la portavoz de la alta representante de Exteriores de la UE, Catherine Ashton.
Los comités revolucionarios, espina dorsal del régimen libio que dirige con mano de hierro desde hace 42 años el coronel Al-Gadhafi, advirtieron ayer de que «no se permitirá a los grupos que se activan por la noche saquear los bienes del pueblo, amenazar la seguridad ciudadana y la estabilidad del país».
Las fuerzas de seguridad intervinieron, según el diario libio «Qurina», para acabar con los enfrentamientos entre partidarios del coronel Al-Gadhafi y «saboteadores» localizados entre los manifestantes. Éstos se concentraron para reclamar la liberación de un abogado que representa a familias de presos muertos en 1996 en un tiroteo en la prisión de Abu Salim de Trípoli, que provocó más de mil muertos.
El letrado, Fethi Tarbel, fue detenido brevemente, según «Qurina», «por haber extendido un rumor que señalaba que la prisión estaba ardiendo».
A pesar de que fue puesto en libertad, los manifestantes, «a los que se unieron personas provistas de armas blancas y cócteles molotov», marcharon hasta el centro de la ciudad, donde «incendiaron y dañaron vehículos, intentaron deteriorar bienes públicos, bloquearon la carretera y lanzaron piedras», según el citado rotativo.
Según fuentes concordantes, corearon eslóganes contra el régimen: «Bengasi, despierta, ha llegado el día que esperabas», «La sangre de los mártires no se ha derramado en vano» o «El pueblo quiere acabar con la corrupción».
Para hacer frente a los manifestantes, las asociaciones de partidarios de Al-Gadhafi organizaron una marcha, «pero un puñado de saboteadores que intentaban sembrar la cizaña y pertur- bar la estabilidad del país les lanzaron piedras», lo que provocó heridos entre los dos bandos, según este periódico.
Cientos de manifestantes favorables al régimen se movilizaron a continuación en Bengasi, Sirte, Sebha y Trípoli, según las imágenes que mostró la televisión pública.
A partir de las 4.00 de ayer [las 3.00 en Euskal Herria], Al-Jamahiriya difundió imágenes en directo de manifestantes ondeando banderas y fotografías del coronel Al-Gadhafi y coreando consignas en honor del guía de la revolución libia.
Las manifestaciones se registraron antes del «Día de la Ira» en Libia previsto para hoy, según las convocatorias realizadas en Facebook. Más de 200 opositores han firmado una petición en la que reclaman a Al-Gadhafi y a su familia que dejen el poder.
Los trabajadores egipcios continuaban ayer protagonizando varias huelgas para reclamar mejoras salariales, a pesar de que el Ejército, que gobierna el país tras la marcha de Mubarak, insistió en su llamada a volver al trabajo.
Un segundo manifestante murió ayer como consecuencia de las heridas recibidas durante la represión de las protestas antigubernamentales en Adén, al sur de Yemen, informaron fuentes de las fuerzas de seguridad.
Miles de personas se concentraron ayer en una plaza de Manama, capital de Bahrein, para reclamar reformas en este pequeño reino del Golfo Pérsico, donde la oposición chií reclama «una verdadera monarquía constitucional».
El ministro de Interior, el jeque Rashid ben Abdallah Al-Jalifa, pidió perdón a la población tras la muerte de dos jóvenes chiíes al dispersar las manifestaciones del lunes y el martes y anunció la detención de los supuestos autores de la muerte de un policía.
Al tiempo que se convocaron nuevas protestas para hoy y mañana, EUU se declaró «muy preocupado» por la violencia durante las protestas en el reino, sede de su Quinta Flota, y llamó a la calma.
El movimiento de protesta surgió el lunes respondiendo al llamamiento de internautas que convocaron en Facebook manifestaciones para reclamar reformas políticas y sociales, en la estela de las revueltas en Túnez y Egipto.
Es, sobre todo, la minoría chií de este archipiélago de 741 kilómetros cuadrados gobernado por una dinastía suní la que se considera discriminada en lo que se refiere a empleo, servicios sociales, vivienda y la prestación de servicios públicos en sus aldeas.
En la plaza de la Perla de Manama, miles de personas se reunieron tras concluir su jornada laboral a los cientos de manifestantes que pasaron la noche en tiendas. Tayeb MAHJUB (AFP)