El intenso trabajo llevado a cabo por la comisión vecinal en la organización de la consulta popular que se desarrolló ayer en Lakua Arriaga hacía prever una respuesta positiva. Sin embargo, la actitud del vecindario del barrio, apoyado por solidarios de toda la ciudad, «sorprendió» gratamente a los organizadores. Uno de ellos, Guillermo Perea, valoraba -aún cuando no se conocían los datos definitivos- que las visitas eran «más de las que esperábamos».

La euforia continuó después, al ir conociendo las cifras de participación. En una consulta como la de ayer, el mero hecho de que se llevara a cabo era motivo de celebración. Aun así, la respuesta fue positiva. En total, 2.679 personas participaron en la consulta. De ellas, fueron 1.141 los vecinos del barrio, de los que 1.109 se posicionaron en contra del proyecto del Ayuntamiento. Además, 489 menores ejercieron su derecho a voto y 1.049 gasteiztarras de otros barrios se acercaron a las urnas.

A pesar del boicot municipal, la Comisión Vecinal consiguió el censo del vecindario llamado a participar. En total eran 8.732 electores. Esta cifra fue cotejada por los seis notarios reunidos para la cita, el mismo grupo que se encargó de garantizar que la votación funcionara correctamente. La transparencia fue tal que el recuento tuvo lugar bajo la mirada de todo el que quisiera hacerlo y al calor de la música de Asteartea.

Testigos de la expresión popular habían sido durante las horas anteriores las dos mesas dispuestas en la calle Gernikako Arbola. Separados los votantes con apellidos de la A a la M y de la N a la Z, las urnas guardaban las papeletas. Sobre la mesa, tres colores, tres posibilidades de voto. El primero, con el que se contabilizaron los votos, blanco para los vecinos de Lakua Arriaga. Naranja para los menores de edad, los usuarios más habituales del parque y, por tanto, quienes padecerían en primera persona las obras. Y, por último, el verde permitía al resto de ciudadanos de Gasteiz expresar su opinión.

Además de opinar, los más jóvenes también pudieron disfrutar de otro tipo de actividades. Fue precisamente con una ginkana para ellos como arrancó la jornada. Algo más tarde, hacia las 13.00, empezaba la manifestación, que reunió a centenares de personas. La plaza América Latina, lugar que se ha convertido en habitual para las concentraciones en defensa del parque, volvió a ser el punto de arranque del recorrido. Después de transcurrir por Juan de Garay y el puente del Pilar, los manifestantes se introdujeron en el parque. Al término de la misma, se procedió a la lectura del manifiesto. Como comentaron los organizadores, ése fue el momento en el que se registró mayor número de participación. «Como en toda cita electoral, en torno al mediodía es cuando más gente se ha reunido», explicaba Guillermo Perea.

Ambiente festivo

El ambiente festivo continuó con el mago Txan y se vio culminado con los conciertos que arrancaron pasadas las seis de la tarde. Los grupos Harresian Zulo y Asteartea fueron los responsables de abarrotar el polideportivo. Caldeado y animado el ambiente, llegó la lectura de los resultados en voz de Perea. Así, la alegría se contagió entre organizadores e interesados.

Entre los gasteiztarras que se acercaron al lugar, además de las típicas anécdotas relacionadas con el fin de semana, se sucedían los recuerdos localizados en este mismo parque. Entre los temas más comentados estaban los animales que se podían observar: además de los míticos habitantes del parque, los patos, había quien recordaba las tortugas. La ritual visita al burro bajo el sol abrasador de verano o la liberación de un supuesto zorro se entremezclaban en los corrillos para llegar a una conclusión clara: el parque de Arriaga es patrimonio de toda la ciudad.

En cambio, las trabas puestas desde el Ayuntamiento, unidas a las dos veces que se ha negado a realizar la consulta, suscitaban malestar. Esta negativa se ha visto amparada por la actuación de la Policía Municipal. Según explicaba Perea, durante los últimos días e incluso semanas, la presencia policial había aumentado visiblemente. Esta presión derivó en identificaciones y retiradas de carteles. Ante ello, Perea se puso en contacto directo con la Subdirección de Policía de forma que ayer la jornada pudo discurrir distendida y sin incidentes.

Sin embargo, tal y como se recordaba al concluir la manifestación, el movimiento popular ha sido el garante de esta celebración. La participación de voluntarios que organizaron el día de ayer rondaba el centenar. Una movilización que de por sí «es una victoria».

Tras el desarrollo de esta jornada, falta conocer cuál será la respuesta del Consistorio presidido por Patxi Lazcoz. La comisión vecinal todavía no ha decidido cómo concretar el siguiente paso. Ayer era el momento de disfrutar de los resultados de un buen trabajo. Aun así, los siguientes objetivos son claros. En primer lugar, analizar los datos y ofrecérselos al Ayuntamiento para que actúe en consecuencia. «Esto es democracia participativa», reivindicaba Perea. Otra de las posibilidades que barajan es acudir a la Comisión de Participación Ciudadana. Eso sí, consideran que el equipo de gobierno municipal no podrá ignorar el clamor que se alzó ayer a favor del Parque Arriaga.