Al menos trece agentes de Policía murieron y otros 25 resultaron heridos ayer en la ciudad de Samarra, en el norte de Irak, a causa de un atentado suicida con coche bomba, según fuentes médicas y policiales. Las víctimas del atentado pertenecían a una unidad de élite que había sido enviada a esta ciudad, cien kilómetros al norte de Bagdad, para proteger los santuarios durante las recientes festividades chiíes. Samarra fue escenario, hace nueve días, de la ejecución de 48 personas que participaban en una peregrinación.