PRIMERA El descenso queda a once puntos
Otro gol de Tamudo confirma a la Real en la lucha europea
Un testarazo del catalán en el inicio del segundo tiempo da la octava victoria en Anoeta sin encajar gol. Los blanquiazules fueron muy superiores, pero no sentenciaron y tocó sufrir en los últimos minutos.
REAL SOCIEDAD 1
REAL MALLORCA 0
Joseba ITURRIA
La Real confirmó con su victoria ante el Mallorca que la permanencia ya ha dejado de ser el objetivo para esta temporada. Con la misma puntuación que el séptimo clasificado, que obtendrá plaza europea, y con 34 puntos a falta de 14 partidos, mirar la zona de descenso ya es absurdo. Sobre todo porque, al margen de la puntuación, el equipo transmite una fortaleza y un nivel tal que se le ve capaz de pelear por cotas mayores, sin que no lograrlas pueda ser considerado un fracaso.
La victoria que confirma a la Real en la pelea europea en su vuelta a Primera tuvo muchas similitudes con la lograda ante Osasuna. Volvió a bastar un gol de Tamudo ante un rival que se conformaba con el empate, pero el equipo blanquiazul mereció una victoria más amplia.
No sentenciar en las opciones claras de una buena segunda parte hizo sufrir hasta el último minuto, pero la Real volvió a despedir un partido en Anoeta con la portería imbatida, común denominador en las ocho victorias logradas en el estadio, y la calidad que tiene el equipo en tareas ofensivas siempre garantiza ese golito que volvió a bastar para lograr los tres puntos.
El peor enemigo del futbolista
El partido estuvo condicionado por el fuerte viento, que siempre es considerado como el peor enemigo para los futbolistas. Uno lleva 16 años sin faltar a ningún partido de Anoeta y jamás había visto un viento de esas características. Junto al viento caía agua, pero el césped aguantó a la perfección la lluvia, a diferencia de lo sucedido en el partido contra el Almería.
El viento soplaba tan fuerte que la impresión óptica era que el agua no caía de arriba abajo, sino que entraba por el fondo de la torre de Anoeta y salía por el del miniestadio sin tocar la hierba y luego volvía a entrar porque cambiaba de dirección constantemente.
En esas condiciones era difícil jugar a fútbol y más a la velocidad con la que quisieron hacerlo los dos equipos. La combinación entre los dos factores implicó una falta de precisión que motivó que apenas se crearan ocasiones en el primer tiempo. Sólo se pudo apuntar un corner botado por Griezmann en el que Demidov despejó en lugar de rematar con todo a favor y un disparo de Tamudo a pase de Xabi Prieto que puso en aprietos a Aouate.
El Mallorca no tuvo ninguna oportunidad, tampoco las buscó. La Real empieza a ser respetada y buena prueba de ello fue el planteamiento de Laudrup, al prescindir del Chori Castro y alinear un trivote con un objetivo únicamente defensivo porque en ataque el Mallorca eliminaba cualquier proceso de elaboración y buscaba sistemáticamente lanzamientos largos para sacar partido de la velocidad de sus tres jugadores más adelantados. Aunque lo que realmente buscaba era defender el empate inicial, porque desde el primer minuto Dudu Aouate se empeñó en arañar segundos al cronómetro.
Un vendaval realista
El portero israelí estuvo a punto de dejar sin valor esa estrategia porque casi se metió en su portería uno de los cuatro corners sacados por Griezmann en los seis primeros minutos del segundo tiempo. La Real parecía que jugaba con el viento a favor en un vendaval de veinte minutos de fútbol realista en el que el juego llegaba por oleadas que siempre buscaban la banda derecha. Fruto de la ofensiva desde ese carril llegó el gol de un Tamudo, que marca como al principio de campaña pero que ahora está mucho mejor y aporta más en otras facetas.
El gol no detuvo el ímpetu y la Real siguió igual con un ritmo altísimo en un juego que supo adecuar a las condiciones climatológicas. Nunca buscó como hace sistemáticamente la cabeza de Xabi Prieto en el inicio de su juego ofensivo e intentó siempre mover el balón a ras de suelo como obligaba el viento.
Así llegó una rápida contra que Tamudo no pudo materializar a la media vuelta -su remate se fue fuera por poco-, y en la siguiente acción Xabi Prieto envió al larguero un balón lateral con Aouate fuera de su portería. No sentenciar en esas claras opciones hizo a la Real sufrir en los veinte minutos finales, en los que el Mallorca tuvo sus opciones en un remate del japonés Aki y en cuatro faltas sacadas por De Guzmán, las últimas con el portero israelí intentando emular a Aranzubia.
Tampoco en esos momentos en los que el Mallorca jugó sin portero supo marcar la Real en dos claras opciones que tuvieron como protagonista a Agirretxe. Lasarte le dio entrada sin calentar -tenía a otros tres jugadores en la banda- y pese a salir frío para jugar la prolongación, dio un pase a Aranburu, al que le faltó frescura para acertar a superar a Aouate, y tuvo dos remates en los que debió llegar un segundo gol que hubiera permitido igualar el average particular con el Mallorca y alcanzar la séptima plaza que, por lo menos en este momento, pasa a ser el objetivo de la Real. Sólo poder plantearse ese reto en la jornada 24 ya es un gran éxito.
Martín Lasarte destacó tras el partido de ayer ante el Mallorca que el choque fue uno de los que más satisfechos le han dejado en toda la temporada, porque demuestra que el equipo sigue creciendo. En este sentido, el uruguayo destacó la Real supo no perder en los últimos minutos lo que había ganado hasta entonces en un partido complicado por las adversas condiciones meteorológicas y valoró muy positivamente que el equipo fuera capaz de mantener la puerta a cero por segunda semana consecutiva. El partido fue igual al derbi en cuanto al resultado y al autor del gol, un Raúl Tamudo que volvió a recibir elogios. «Pero para que el gol de Tamudo valga hay que mantener la portería a cero. Lo hemos repetido muchas veces, en un partido parejo, cuando hemos tenido la puerta a cero siempre ganamos, porque quitando un par de partidos, siempre marcamos algún gol», señaló.
En su análisis del partido, el entrenador realista destacó que «fue probablemente uno de los días en los que más ha condicionado el clima, sobre todo el viento, tan cambiante, donde siempre se dan situaciones inesperadas. A diferencia de la primera parte, en la segunda hemos sido mucho más precisos y jugando un poco más por fuera, ha llegado la jugada del gol».
Por mucho que la situación sea envidiable, Lasarte no cambia el discurso. «Nuestro objetivo es el que es, y cuando se dé no renunciaremos a nada. Eso sí, lo uno trae lo otro». GARA
Los realistas salieron al campo con camisetas de ánimo a Borja Viguera, que ayer pasó consulta con el doctor Cugat en Barcelona y hoy será sometido a una artroscopia por la rotura del ligamento cruzado de su rodilla derecha sufrida en un partido con el Nastic, que ha supuesto el final de su temporada.
La entrada de Anoeta con 18.599 espectadores fue la peor de la temporada en Liga ya que, además de jugarse un lunes a las nueve de la noche, una hora pésima para los abonados infantiles y para los de la provincia, se levantó un vendaval de lluvia y viento. En el anterior partido en lunes ante el Depor acudieron 21.836 aficionados y la cifra de ayer sólo superó los 15.377 que vieron la ida de la Copa con el Almería a las diez de la noche un jueves.