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El cine de animación rinde tributo al spaghetti-western

«Rango»

Gore Verbinski se pasa a la animación con una sorprendente propuesta, al homenajear al spaghetti-western en un título que recuerda deliberadamente al «Django» de Sergio Corbucci. Su intención es llegar tanto al cinéfilo como al público infantil, para lo que los personajes toman la fisionomía de animales del desierto, con un camaleón como gran héroe.

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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

Las caras de sorpresa de los niños viendo la cartelería de «Rango» reflejan lo novedoso de la propuesta de Gore Verbinski, al salirse de lo que se espera del cine de animación. Y, en el fondo, el cineasta de la saga «Piratas del Caribe» no ha inventado nada, sino que ha sabido combinar distintos elementos ya existentes para conformar un producto de lo más chocante.

Existe un precedente claro en «Fievel va al Oeste», una producción de Steven Spielberg estrenada hace veinte años. El rey Midas de Hollywood había comenzado a contar la odisea de una familia de emigrantes rusos en «Fievel y el Nuevo Mundo», así que ideó una continuación sobre la colonización del salvaje oeste. Los personajes animados eran las típicas mascotas al estilo Disney, con animales domésticos como perros, ratones y gatos.

Gore Verbinski ha querido ser más original y por eso presenta a un camaleón rodeado de animales del desierto, principalmente reptiles. La idea es que son especies que van más con el ambiente desértico de un western, por lo que, a pesar de lo llamativo de la propuesta, todo tiene en el fondo su lógica.

Hablar de cine de animación de autor tal vez resulte exagerado, pero no cabe duda de que la animación cada vez atrae más a cineastas no especializados, dadas las posibilidades creativas que presenta. Pero como le ha pasado a Wes Anderson con «Fantastic Mr. Fox», la mayor dificultad estriba en conciliar el toque personal con las exigencias comerciales del género, que las multinacionales de la distribución relacionan siempre con el público infantil o familiar.

Esa es la liga en la que debuta Gore Verbinski, puesto que pocos son los suicidas que se atreven a hacer animación exclusivamente para adultos, y no digamos ya a repetir como Richard Linklater en «A Scanner Darkly» y «Despertando a la vida».

Verbinski contaba ya con experiencia previa en el cine familiar, aunque de acción real. Su primer largometraje fue «Un ratoncito duro de roer». Tampoco hay que olvidar que «Piratas del Caribe» es una producción de Disney, por más que esté hecha con actores de carne y hueso. Además, ha trabajado con efectos especiales en la cinta terrorífica «La señal», y empieza a experimentar con las nuevas técnicas de animación gracias a su participación en la obra colectiva «Heavy Metal», donde dirigirá uno de los episodios, al igual que los más expertos en imágenes diseñadas por ordenador James Cameron o David Fincher.

Para «Rango» no ha utilizado la técnica de «captura de movimiento» que empleará Spielberg en «Las Avanturas de Tintin: El Secreto del Unicornio», y en su lugar resucita una más cercana a la del rotoscopio que Ralph Bakshi desarrolló para su pionera versión de «El señor de los anillos», si bien las secuencias de CGI corren a cargo de la empresa de George Lucas ILM (Industrial Light & Magic). Es un poco lo que han hecho Fernando Trueba y Javier Mariscal en «Chico & Rita», al filmar primero con intérpretes para que luego los animadores se inspiren en sus movimientos. Johnny Depp, que pone la voz al camaleón protagonista, ha dicho que lo que los dibujos han capturado son las emociones.

Un Eastwood camaleónico

Lo que Johnny Depp no cuenta es en quien se ha inspirado para crear su personaje, si bien está claro que Gore Verbinski ha contado con él por las tres veces en que le ha dirigido antes dando vida al pirata Jack Sparrow. El nombre del protagonista y el título de la película son un claro homenaje al spaghetti-western de Sergio Corbucci «Django», a la vez que evoca a la película japonesa «Ringu», de la que Verbinski hizo el correspondiente remake para Hollywood.

Pero «Rango» homenajea a muchos otros mitos del spaghetti-western, sobre todo a «Infierno de cobardes» y a Clint Eastwood, tanto en su faceta de director como en la de actor. Tampoco faltan las obligadas referencias a Sergio Leone y a «El bueno, el feo y el malo», así como a la música de Ennio Morricone, recreada para la ocasión por Hans Zimmer.

El compositor alemán también toma prestadas notas del maestro Elmer Bernstein, porque la influencia del western clásico se deja sentir tanto o más. Son muchos los títulos aludidos en las primeras críticas, y algunos de los que salen a relucir son «Raices profundas», de George Stevens o «El joven Lincoln» de John Ford.

Además, se dan otras inclusiones puntuales surgidas de películas de ambientación fronteriza, sin olvidar que el segundo largometraje de Gore Verbinski fue «The Mexican», protagonizado por un Brad Pitt que no lograba hacer sombra a los actores característicos de Sam Peckinpah.

Del cine negro rescata la impresionante caracterización que John Huston hizo en «Chinatown», aquí aplicada a la figura del cacique local. Del apocalípto se incluye el pasaje de la persecución de «Mad Max 2», realizada por el australiano George Miller.

E, inevitablemente, hay ecos de las cintas de animación que a su vez se han inspirado en el western, con especial querencia por el vaquero Woody de «Toy Story», de quien el camaleón convertido en sheriff toma muchos de sus rasgos más identificables para los seguidores del Pixar de ayer y de hoy.

La guerra del agua

A Verbinski le va a tocar pagar el peaje que marca a cuantos intentan competir en la animación con la inigualable creatividad de Pixar, y ya las primeras críticas admiten que supera la prueba técnica, pero no pasa el exámen final del guión.

John Logan ha escrito el guión, basándose en un argumento del propio Gore Verbinski, y lo que se achaca al escritor de «Gladiator» es que no ha sabido desarrollar la innegable originalidad de la idea dentro de una historia tan imaginativa como su premisa.

Sin embargo, sabido es que los guionistas no gozan de plena libertad en Hollywood, y que «Rango» es un producto al que se le nota demasiado el interés por contentar a todos los públicos, al cinéfilo, al joven, y al infantil. Es imposible abarcar en un mismo relato los diferentes contenidos que van dirigidos a cada sector de la audiencia, consiguiéndo que al final todo llegue a encajar.

El arranque ha sido muy elogiado, pues sorprende el modo en que la mascota protagonista es introducida en la aventura del Oeste. Ocurre por culpa de un accidente en carretera, cuando cae del coche en que el camaleón es transportado por la familia que lo cuida. De repente, el animal se ve perdido en medio del desierto de Mojave, asustado y sin medios para valerse por sí mismo.

Al llegar al polvoriento pueblo de Dirt es recibido como el forastero obligado a aceptar la insignia de sheriff, habiéndo de hacer frente a los poderosos del lugar que quieren hacerse con el control del agua, por tratarse del bien más escaso.

Estreno

Dirección: Gore Verbinski.

Guión: John Logan.

Argumento: Gore Verbinski, John Logan y James Ward Byrkit.

Música: Hans Zimmer.

Montaje: Craig Wood.

País: EE.UU., 2011.

Duración: 107 minutos.

Gore Verbinski abandona la piratería por el momento

Gore Verbinski debe su liderazgo dentro de la industria del cine al éxito de las tres entregas que ha dirigido de la franquicia «Piratas del Caribe». A pesar del dinero que dejará de ganar a partir de ahora, ha preferido renunciar a la cuarta entrega, que pasa a manos de Rob Marshall. En su nueva etapa está experimentando con el cine de animación, y, trás realizar «Rango», formará parte del largometraje colectivo «Heavy Metal», que es una nueva edición de la colección de cortos iniciada en 1981 como tributo a la revista de cómic Metal Hurlant. No obstante, su mejor película sigue siendo «El hombre del tiempo». M. I.

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